Por: Rolando Alvarenga
Una vez más se confirmó, viagra en las primeras semanas de este año, here que mientras El Salvador siga con este presidente en su Comité, difícilmente logrará ganar una votación trascendental en esta Organización de siete países miembros. Una cruda pero evidente realidad que siempre tendrá al país con la causa perdida.
Sin querer ser más profundo que Confucio, es obvio que en este caso hay dos elementos de peso: el primero tiene que ver con los intereses del resto de países que, a la hora de confeccionar el calendario de los Juegos Centroamericanos en turno, siempre empezarán por descalificar los deportes en los que El Salvador tiene amplia supremacía regional; empezando por los dos tiros y, luego, las demás disciplinas que le significan una fructífera cosecha para el medallero.
Lo anterior es, obviamente, digerible, pero el segundo elemento resulta novedoso y preocupante, aunque no sorpresivo. Está relacionado con la revelación que en su oportunidad hizo un delegado de la ORDECA. Este delegado expresó que “mientras El Salvador tenga al presidente que tiene en su Comité, nunca va a ganar una votación, porque nosotros lo percibimos como muy sobrado, como muy por encima de nuestra hermandad y poco diplomático en la búsqueda de las aspiraciones salvadoreñas”.
Revelado lo anterior, asumo que con otro interlocutor salvadoreño, la ORDECA bien podría deponer su “política de marginación” y abrir espacio a un resto de disciplinas salvadoreñas que durante los últimos juegos han quedado fuera de calendario y esperanzadas al recurso de las subsedes. Sin nada personal contra la piedra en el zapato de este cuento, creo que bien valdría la pena hacer el esfuerzo (del cambio) para superar esta “causa perdida”. Más claro no canta un gallo y creo que, en las próximas elecciones de Comité, este último detalle (la revelación del delegado), deberían tomarlo muy en cuenta las federaciones salvadoreñas, sobre todo las que siempre están quedando marginadas de los Juegos Centroamericanos que, por cierto, son los primeros del Ciclo Olímpico; pero, por el nivel, son los últimos en materia de jerarquía universal. A propósito del recurso de las subsedes, si no entendí mal, recientemente el titular del Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (INDES), tras el fallo de la ORDECA, dijo no estar en condiciones económicas para solicitar compartir con Managua estos juegos. Versión que, de confirmarse, estaría echando un balde de agua fría sobre las aspiraciones de varias disciplinas que han quedado fuera del calendario de los Juegos de 2017. En consecuencia, estando tiradas las cartas con el saldo lamentable para el deporte salvadoreño con el lazo al cuello y en capilla ardiente, este debe de ser un tema que llama la atención entre la gran familia olímpica nacional, obligando a trabajar en la búsqueda de una salida que le permita a El Salvador recuperar amigos en la ORDECA y, con ello, el terreno perdido para volver al primer lugar centroamericano.