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El Salvador necesita un gobernante que inspire confianza y no miedo

Rafael Cabrera C.

Nuestra Nación El Salvador necesita como gobernante a un servidor sincero, que inspire confianza y no miedo, que inyecte entusiasmo, que haga sentir a todos los que trabajan en su administración como personas útiles y con la alegría de sentirse importantes en el desempeño de sus funciones.

Que en su PLAN DE GOBIERNO PRESENTE UN PROYECTO DE CREAR FUENTES DE TRABAJO para dar ocupación a miles de hombres y mujeres, y dar capacitación a los empleados y empleadas existentes con el firme propósito de mejorar la administración pública.

Tener presente que la cumbre espiritual del hombre nos indica que lo esencial de todo ser humano es que cada uno tenga la seguridad en su trabajo, la alegría de su trabajo, la conciencia de su trabajo.

El orgullo de hacer las cosas bien, el entusiasmo de sentirse satisfecho, de querer lo suyo es la sana recompensa de los que tienen el corazón robusto y el espíritu limpio.

De estos hombres necesita nuestra Patria, y no de aquellos que ven con desprecio a sus hermanos no importándoles el tremendo sufrimiento de su grupo familiar de sentirse despedidos de su puesto de trabajo.

Es lamentable lo que esta a la vista de todos los salvadoreños, con la decisión y falta de sensibilidad social del Gobierno de turno que tomó posesión el primero de junio. LAS ESPERANZAS ROTAS DE TODOS AQUELLOS QUE SOÑARON CON UN GOBIERNO IMPREGNADO DE AMOR AL PRÓXIMO, con un Gobierno que su arma poderosa fue la Santa Biblia y la Constitución Política y no tentado por la mala fe dejándose llevar por resentimientos políticos.

Los hijos, familiares y amigos de todos los ciudadanos despedidos de sus puestos de trabajo están confundidos, preocupados porque el futuro que los espera es incierto en nuestro país El Salvador debido a lo difícil de obtener una oportunidad de trabajo.

Nuestra Nación El Salvador necesita gobernantes con una alta dosis de sensibilidad social, que sientan respeto por sus próximos, que tengan presente que como miembro de las Naciones Unidad somos firmantes de la Declaración de los Derechos Humanos que en una de sus partes reza “Art. 3- Todo ciudadano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. Art. 23 TODA PERSONA TIENE DERECHO AL TRABAJO, A LA LIBRE ELECCIÓN DE SU TRABAJO, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo. Toda persona tiene derecho sin discriminación alguna a igual salario por trapajo igual.

Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria que le asegure así como a su familia una existencia conforme a la dignidad humana.

En el devenir de nuestra historia recordemos al ingeniero JOSÉ NAPOLEON DUARTE que cuando era presidente de la Nación, en conferencia de prensa informó al Pueblo Salvadoreño que mantendría en sus puestos de trabajo a unos 2300 trabajadores que por ley serían cesados de su trabajo, por problemas del sistema y terminación de contratos, pero como presidente constitucional, todos aquellos trabajadores eran sus hermanos ante Dios y que valdría más el sacrificio social que la aplicación de la ley. Nuestra Nación El Salvador necesita de gobernantes que sientan amor y respeto por su pueblo, y no de gobernantes insolentes que quieren destruir los sentimientos de la familia salvadoreña.

Cantemos todos las sagradas notas de nuestro Himno Nacional, SALUDEMOS LA PATRIA ORGULLOS DE HIJOS SUYOS PODERNOS LLAMAR Y JUREMOS LA VIDA ANIMOSOS SIN DESCANSO A SU BIEN CONSAGRAR.

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