Miguel Ángel Dueñas Góchez*
Durante su visita a El Salvador, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) conoció con gran preocupación la normativa que penaliza el aborto en todas circunstancias. Como observa la Comisión en las Conclusiones sobre la visita de trabajo realizada a El Salvador, el artículo 133 del Código Penal rige actualmente la penalización absoluta de la interrupción voluntaria del embarazo, incluso cuando la vida de la mujer estuviere en riesgo. Además, el artículo 1° de la Constitución Política del país establece el reconocimiento de la persona humana desde el momento de la concepción. En este sentido, la Comisión insta a El Salvador a tener presentes los estándares interamericanos desarrollados en la sentencia del caso Artavia Murillo y otros v. Costa Rica (“Fecundación in Vitro”) donde la Corte Interamericana de Derechos Humanos concluyó que el embrión no puede ser entendido como persona para efectos del artículo 4.1 de la Convención Americana.
Como ha reiterado la Comisión en informes anteriores, la criminalización absoluta del aborto tiene consecuencias directas en las cifras de morbilidad y mortalidad materna. Sin opciones legales, seguras y oportunas, muchas mujeres han de someterse a prácticas peligrosas e incluso mortales; se abstienen de requerir servicios médicos o tienen emergencias obstétricas sin la necesaria atención médica. La Comisión reitera que la criminalización absoluta del aborto en El Salvador, al imponer una carga desproporcionada en el ejercicio de los derechos de las mujeres y las niñas y crear un contexto facilitador de abortos inseguros, desconoce las obligaciones internacionales que tiene el Estado de respetar, proteger y garantizar los derechos de las mujeres a la vida, a la salud y a la integridad, (https://reliefweb.int/report/el-salvador/cidh-culmina-visita-de-trabajo-el-salvador).
De acuerdo a lo antes citado, será que las personas que legislan son ignorantes de los derechos sexuales y derechos reproductivos o será que dichas personas con ideologías religiosas conservadoras mantienen mitos y miedos contra la educación sexual, (sexo seguro para no morir); como pretexto para negar los derechos humanos fundamentales, uniéndose siempre con el Estado a favor de la penalización absoluta del aborto y no a mejorar las condiciones de salud y educación de la población.
*Lic. en Relaciones Internacionales.