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EL SALVADOR: RÉGIMEN DE EXCEPCIÓN, REELECCIÓN PRESIDENCIAL Y ELECCIONES DEL 2024

Por. Hugo Fajardo Cuéllar*
Docente e Investigador UES

El próximo año 2024, El salvador asistirá una vez más a la realización de Elecciones generales para elegir al Presidente de la República, a los diputados de la Asamblea Legislativa y del Parlamento centroamericano (PARLACEN) y a los Alcaldes y concejos municipales. A diferencia de las elecciones anteriores, estas se llevarán a cabo en condiciones diferentes marcadas no solo por la celebración de dos elecciones, una en febrero y la otra en marzo; sino también por la reducción de diputados en la Asamblea Legislativa (de 84 se reducen a 60) y por la drástica disminución de municipios (de 262 se redujeron a 44).

A esas condiciones se suma el inédito y controversial suceso de la inscripción para la reelección presidencial, del presidente Nayib  Armando Bukele, ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE), el cual es literalmente prohibido por la constitución de la República, fenómeno que, de no revertirse de aquí al día de las elecciones, será otro de los fenómenos novedosos en dichas elecciones, las cuales se desarrollarían en medio de un régimen de excepción que sigue vigente desde marzo del 2022, y que al parecer continuaría hasta el día de las elecciones y quizá posterior a las mismas.

Dentro de ese contexto el presente artículo tiene como objeto presentar algunas reflexiones sociopolíticas sobre las principales condiciones o correlaciones entre las fuerzas políticas electorales de cara al escenario de los dos eventos electorales del 2024, marcadas fundamentalmente por las limitantes impuestas por un régimen de excepción en marcha y la inscripción  para la reelección presidencial del actual presidente de la república: Nayib Bukele, la cual es totalmente prohibida por  la constitución de la república en sus artículos: 75, 87, 88, 152, 154, y 248.

Estos son conocidos como los artículos pétreos de la constitución, porque no podrán ser reformados por cualquier reforma a la constitución que pretenda modificar la forma de gobierno, el sistema político y la alternabilidad en el ejercicio de la presidencia de la república. Sin embargo, el actual presidente, pasando por encima de esos artículos de la constitución, presenta su inscripción para la reelección en la noche del 26 de octubre del 2023 a pocos minutos de que venciera el plazo, y El TSE, a sabiendas de la ilegalidad e ilegitimidad de dicho acto, la admite y lo aprueban con 4 votos y una abstención, el día 3 de noviembre del presente año.

El régimen de excepción y las elecciones del 2024.

Todo indica que Las Elecciones del 2024, se realizarán en medio de un régimen de excepción que se ha convertido en el principal instrumento de intimidación y sometimiento a la población en general y a los partidos políticos de oposición, principalmente contra el FMLN. Es decir  que a la vuelta de casi dos años de su constantes prorrogas, este régimen ha demostrado que su objetivo inicial del combate a las pandillas, se agotó en unos dos o tres  meses y posterior a ese lapso de tiempo, el régimen de Bukele, lo ha seguido manteniendo como un pretexto para seguir combatiendo la delincuencia, pero que en esencia, se ha convertido en un instrumento político de control y represión contra todos los sectores sociales y políticos que critican al régimen autoritario del actual gobierno.

Bajo ese régimen de excepción, la sociedad salvadoreña ha entrado en un proceso acelerado de deterioro no solo del sistema democrático sino también de las condiciones sociales mínimas necesarias para la reproducción digna de la vida. Puesto que las grandes mayorías del pueblo salvadoreño se ven constantemente amenazadas, por el temor de expresarse libremente, de organizarse para la defensa de sus derechos ciudadanos, de criticar las malas políticas del gobierno, etc. De tal manera que la mayoría de la gente, incluyendo al sector de los profesionales, prefieren mantenerse callados ante tanta arbitrariedad y abuso de autoridad que se está cometiendo por algunos funcionarios del gobierno de turno, lo cual es algo delicado porque podría conducir a la sociedad salvadoreña a un silencio sistemático ante la injusticia y la opresión.

Bajo esas condiciones y otras más, que son impuestas  por el  régimen de excepción del gobierno  en turno, Las Elecciones del 2024, se realizarán en un escenario de correlación de fuerzas, muy difícil y desventajoso para  los partidos de oposición al partido oficial, en una especie de lucha de David contra Goliat, en donde los pocos partido de oposición al partido de gobierno están participando en medio  de un sistema electoral cuasi podrido, en donde las reglas del juego están siendo constantemente modificadas en favor del partido oficial: Reducción de diputados en la Asamblea Legislativa, Reducción de los Municipios, no entrega de la deuda política a algunos  partidos de oposición, La admisión de la reelección presidencial por parte del TSE, entre otros.

La Reelección Presidencial y las Elecciones del 2024.

La inscripción del actual presidente de la Republica para buscar la reelección para un segundo periodo consecutivo en dicho cargo ante el TSE, constituye un acontecimiento político que rompe, no solo con la normativa constitucional; sino también con las reglas del juego electoral que son violentadas por el mismo TSE, al admitir y realizar la inscripción oficial del actual presidente Bukele, como candidato presidencial para las próximas elecciones del 2024, pese a que como lo han reiterado los expertos constitucionalistas, dicha inscripción es ilegal e improcedente.

La inscripción para la reelección presidencial, tiene un objetivo estratégico en el marco del desarrollo de la gobernabilidad autoritaria y dictatorial del actual régimen de gobierno, dicho objetivo apunta en lo fundamental a retener el control del ejecutivo por parte del partido oficial en las próximas elecciones de febrero de 2024, para lo cual se están utilizando todos los medios habidos y por haber de una campaña política y electoral con millonario financiamiento en favor del partido en el gobierno, y de desprestigio, bloqueo y discriminación contra  los partidos de oposición, principalmente contra el FMLN.

En esa lógica, la estrategia ilegal y fraudulenta de la reelección presidencial busca la retención y continuidad en el poder ejecutivo del actual presidente de la república, como el instrumento fundamental mediante el cual se pretende consolidar el autoritarismo y la dictadura político electoral por un tiempo indefinido. Es decir, si la reelección se consuma en las elecciones de febrero del 2024, el poder autoritario del actual presidente se consolidaría y el deterioro del otrora sistema democrático se profundizaría aún más por un periodo indefinido, incluso con el peligro de caer en la reelección perpetua del actual presidente de la república.

Este es un tema que da para más análisis y debate, pero por ahora hay que decir finalmente que las Elecciones del 2024, que lo más probable se realizarán en medio del régimen de excepción, estarán marcadas por un clima de incertidumbre, temor ciudadano y propaganda negra oficial contra la oposición no solo partidaria sino también contra las diferentes organizaciones sociales críticas al gobierno. De tal manera que los partidos que en verdad sean una oposición y critican al gobierno en turno, participarán en condiciones desventajosas, frente a un partido oficial que con una campaña millonaria y fantasiosa sabe ocultar su estilo autoritario de gobernar y da la espalda a los verdaderos problemas estructurales del país.

El autor es: Profesor en Ciencias Sociales, Sociólogo, Abogado y Notario, Master en Derechos Humanos y Educación para la Paz. Docente a tiempo completo en la Universidad de El Salvador (UES), Diplomado superior en Historia Política de El Salvador, UES.

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