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El sello de Ovidio Guzmán y sus hermanos: asesinatos, el desafío al Estado y el tráfico de fentanilo

Tomado de Univisión

Los Guzmán y los Zambada, las familias que una vez gobernaron unidas el Cartel de Sinaloa, son ahora dos clanes antagónicos que dirigen sus actividades criminales con su sello particular.

Sin el patriarca, los cuatro hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán “son conocidos por su propensión a la violencia”, advierte un análisis del Brookings Institution sobre el tráfico de fentanilo.

El contexto sangriento que rodea a los Guzmán, quedó más claro durante las detenciones de Ovidio Guzmán López, que desataron balaceras y narcobloqueos en la capital de Sinaloa en octubre de 2019 (en el llamado ‘Culiacanazo’) y también la semana pasada, durante su segundo arresto.

Actualmente, ‘El Ratón’, como le dicen, se encuentra en la prisión de máxima seguridad del Altiplano, la misma de la cual se fugó su padre en 2015, esperando que el gobierno mexicano le presente cargos y que el de Estados Unidos solicite formalmente su extradición.

Sus hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, así como Joaquín Guzmán López, están en la lista de los más buscados de la Agencoi Antirogas de EEUU (DEA) y por sus capturas se ofrecen recompensas de $5 millones.

Los tratos de los Zambada

En cambio, tres herederos de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, un bisabuelo de 75 años y cofundador del cartel, han seguido un camino distinto: cooperaron ampliamente con las autoridades estadounidenses, se declararon culpables de tráfico de drogas luego de ser extraditados y uno de ellos incluso testificó en contra de ‘El Chapo’ en su juicio en Brooklyn. Ahora todos ellos están libres.

El último en abandonar una cárcel en EEUU fue Ismael Zambada Imperial, alias ‘Mayito Gordo’. En julio pasado fue liberado de una prisión federal de mediana seguridad en California. Unos días antes fue sentenciado a nueve años de prisión por dos cargos de narcotráfico, lo que suponía una condena a tiempo servido desde su captura en México y sumando el período en que estuvo detenido en San Diego.

‘Mayito Gordo’, de 38 años, enfrentaba una condena a cadena perpetua. Se libró de esta aceptando que envió narcóticos a EEUU durante más de una década, que tuvo bajo su mando a un grupo de sicarios y comprometiéndose a entregarle 5 millones de dólares al gobierno.

Su hermano mayor Vicente Zambada Niebla, alias ‘El Vicentillo’, fue sentenciado en 2019 a 15 años de prisión y ya está en libertad, se cree, como parte del programa de testigos protegidos.

Fue ‘El Vicentillo’ uno de los testigos estrella en el juicio de ‘El Chapo’, detallando sus actividades delictivas y hasta su fuga del penal de Puente Grande en 2001.

Otro miembro de esta dinastía criminal, Serafín Zambada Ortiz, quien nació en California, fue condenado en 2018 a cinco años y medio de cárcel por traficar cocaína y marihuana a EEUU. Un juez le dictó un castigo menos severo considerando su juventud y su “remordimiento genuino”. Lo arrestaron en 2013 en una garita de Nogales, Arizona.

También su tío, Jesús Zambada García, alias ‘El Rey’, se volvió un cooperante de la DEA, declaró contra ‘El Chapo’ Guzmán en una corte neoyorquina y desde hace varios meses dejó de estar bajo custodia del Buró federal de Prisiones (BOP). Es posible que también viva con una nueva identidad en este país.

El único hijo fugitivo de ‘El Mayo’ es Ismael Zambada Sicarios, apodado ‘Mayito Flaco’, quien en febrero de 2022 fue agregado a la lista de prioridades de captura de la DEA. Él fue acusado en 2014 en un tribunal de San Diego por cargos de crimen organizado, tráfico de drogas y lavado de dinero.

De acuerdo con la DEA, otros dos grupos están al frente del Cartel de Sinaloa: uno bajo el mando del hermano de ‘El Chapo’, Aurelio Guzmán Loera, alias ‘El Guano’, y una cuarta facción que supuestamente lidera Rafael Caro Quintero, capturado el año pasado en la sierra.

La violencia de ‘Los Chapitos’

Según el reporte de Brookings Institution, tras la detención de ‘El Chapo’ y su extradición en 2017, el cartel se volvió menos restringido en “su comportamiento” y se enfocó en el tráfico de fentanilo.

Ahora esa droga es considerada la principal amenaza a la salud pública de EEUU por la gran cantidad de casos de sobredosis, porque se está vendiendo a bajo costo en las redes sociales, porque con esta se elaboran píldoras falsas, porque es fácil de transportar a través de la frontera y porque se agrega a otros narcóticos para elevar su potencia.

Bajo la batuta de los Guzmán y las otras facciones, esta organización criminal está a la par del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en el trasiego de cargamentos de fentanilo. Los cuatro ‘Chapitos’ tienen varios laboratorios clandestinos donde elaboran dicha sustancia a granel, según EEUU.

La DEA y otras agencias policiales incautaron más de 10.2 millones de pastillas de dicha droga del 23 de mayo al 8 de septiembre de 2022. De los 390 casos investigados durante ese período, al menos 35 están relacionados directamente con uno o ambos carteles, advierte la dependencia.

“Aunque ‘El Chapo’ ha desatado oleadas de guerras contra carteles rivales desde finales de la década de 1980, nunca recurrió a un desafío tan descarado y violento al Estado mexicano como lo ha hecho el CJNG (Cartel Jalisco Nueva Generación). En cambio, buscó construir capital político tanto con las poblaciones locales como con el estado”, describe el análisis de Brookings Institution.

“Sin embargo, sus hijos (…) son conocidos por su propensión a la violencia. Incluso antes de los hechos en Culiacán, influyentes líderes del Cartel de Sinaloa, en particular Ismael ‘El Mayo’ Zambada, estaban preocupados por la propensión de ‘Los Chapitos’ a la violencia desenfrenada y arriesgada”, resalta.

En sus fichas informativas, el Departamento de Estado describe que los hijos de Guzmán se han hecho de un vasto arsenal “para proteger su organización”, al tiempo que sobornan funcionarios corruptos, ejercen la violencia, amenazan, secuestran e intimidan a rivales, policías, militares, inclusive miembros de su propio cartel.

“Otra información indica que Ovidio Guzmán López ha ordenado el asesinato de informantes, un narcotraficante y un popular cantante mexicano que se había negado a cantar en su boda”, señala la dependencia. Al momento se desconoce si se concretó el crimen y quién es la víctima.

“El cartel no perdona”

Tras la segunda recaptura de ‘El Chapo’ en 2016, uno de sus hijos ordenó secuestrar y asesinar a tres hombres en México en 2016 por el decomiso de 2.4 millones de dólares en EEUU, se reveló en un caso criminal que se llevó en una corte federal de Indiana.

La Fiscalía federal no menciona el nombre de ese hijo de ‘El Chapo’, pero en las acusaciones al único que hasta ahora le atribuyen muertes es Ovidio Guzmán.

Alias ‘El Ratón’ fue detenido por militares mexicanos hace unos días en una residencia en el poblado de Jesús María, al norte de Culiacán. Los enfrentamientos en ese y otros lugares del estado dejaron un saldo de 29 muertos.

 

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