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Joaquín Salazar
@JoakinSalazar
A las cinco de la tarde, cuando el sol se ocultaba, inició el tradicional viacrucis que sale desde las ruinas de la iglesia San Esteban, para recorrer la calle de la Amargura hacia la iglesia el Calvario, en el centro histórico de San Salvador.
La reflexión de este viernes de cuaresma, trata sobre el amor incondicional de Dios sobre su pueblo, pese a los errores que comete la humanidad. En su promesa Jesucristo, invita a reflexionar y seguir su camino.
Además, los católicos pueden seguir a sus profetas, quienes indican el camino al hijo de Dios.
En la procesión los cargadores llevan sobre sus hombros las imágenes de Jesús penitente, y en su infancia vestidos de riguroso color morado que significa litúrgicamente penitencia y luto.
Junto a los cargadores, que caminaban lentamente, los feligreses entonaban cantos cristianos y oraciones relacionados a la vida, pasión y muerte de Jesucristo.
Los viacrucis se hacen cada viernes después del miércoles de ceniza, durante la cuaresma que es un camino y un tiempo litúrgico de conversión que prepara la iglesia para los católicos y conmemorar la muerte y resurrección de Jesucristo.
Además es un tiempo para el arrepentimiento y cambiar la vida con mejores acciones, tomando en cuenta el ayuno, la limosna y la oración.
Las diferentes iglesias se encargan de organizar la actividad que recorre diferentes calles de las colonias y el centro de El Salvador.
En Mejicanos
Este tiempo de cuaresma, “el señor nos pide que nos preocupemos por dar frutos, cuando el cristiano siembra esa cosecha debe ser suficiente fruto”, dijo el padre Joaquín Alfonso Álvarez, párroco de la Iglesia Cristo Salvador, de Mejicanos. En el tercer viernes de cuaresma, en el que se están preparando los corazones de la feligresía para participar en la Semana Mayor, que conmemora la vida y muerte de Jesucristo.
La Iglesia Católica, conmemoró un viernes más previo a la llegada de la Semana Mayor. En Mejicanos, la feligresía salió a las calles, tomando en cuenta las palabras del párroco Joaquín Álvarez, que aseguró que Dios nos invita a ser fieles y fomentar la paz del señor al prójimo.
“Si Jesús estuviera aquí, en esta realidad, ¿qué diría de nosotros?, en esta cuaresma nos pide que ayunemos y por eso hay que pedir discernimiento, para poner en práctica lo que dice la palabra de Dios, amar sobre todas las cosas”, afirmó.
Agregó que la piedra angular en la vida de cada ser humano, debe ser Cristo y el pueblo debe ser piedra viva.
