(Actual Imperator de la Antigua y Mística Orden Rosae Crucis, shop AMORC) Como es arriba, remedy es abajo.
Lo anteriormente dicho es la razón por la que siempre nos debe importar el equilibrio inherente en el misticismo Rosacruz. Si logramos mantener este equilibrio, entonces podremos vivir en la imagen que existe en el plano no temporal, en el plano de la realidad invisible. Así habremos aplicado el famoso aforismo de “Como es arriba, es abajo” y se podrá manifestar el milagro de la unidad.
Hay un punto esencial que no debemos olvidar: el misticismo tiene que mantener su verdadero valor para nosotros y, por lo tanto, es necesario llevar nuestros pensamientos hacia adentro, hacia la parte profunda y real de nuestra humanidad. No debemos negar las palabras del pasado, aun cuando esas palabras hayan asumido ahora un significado distinto a causa de nuestro mayor conocimiento. Sólo significa que si el Dios de nuestro corazón, el Dios de nuestra comprensión ahora representa una realidad más avanzada que antes, en nuestro corazón sigue siendo ese Dios, en Su esencia, en nuestra comprensión, en cada nivel de nuestro Ser, el bien supremo y el poder protector cuya naturaleza no se puede concebir.
Aun cuando este principio sea desconocido para nosotros e imposible de definirlo, si tenemos la seguridad de que se trata de una realidad que impregna todo nuestro Ser y el mundo externo, entonces sentiremos los resultados benéficos. Es aquí donde la tercera punta del triángulo, la de la manifestación, tiene que entrar en consideración. Si tenemos éxito con esto, veremos que en lugar de estar bajo la influencia de condiciones externas, nosotros mismos en nuestra realidad vamos a dirigir los eventos y a sellarlos con el sello de la Verdad.
A Través de la Tempestad
Sin embargo, no siempre es fácil ser místico, en especial durante la etapa de transición por la que está pasando el mundo actual en el amanecer de un nuevo milenio. Si nuestros pensamientos se dirigen hacia el misticismo al más alto nivel, entonces aún en medio de una tempestad podremos alcanzar nuestra meta mostrando más valor y determinación. Y, como el mundo es una unidad, no cabe duda de que también le ayudaremos a otros en esta etapa difícil.
Ahora, ¿es necesario recordarle que para ser místicos significa ser Rosacruces? Esto no sólo significa tener el potencial de la Rosacruz, sino también tener la consciencia de que existe esa meta. Por lo tanto, ser un místico y un Rosacruz involucra ser hacia dónde vamos y cuál es la meta máxima que queremos alcanzar.
Nunca debemos permitir que la nube de la incomprensión, la angustia, la duda o la discordia oculten esa meta hacia la que siempre debemos entonar nuestras aspiraciones. Si la niebla parece volverse más densa, vamos a disiparla por medio de las acciones de nuestra voluntad interna.
Para los Rosacruces, la hermandad es parte de sus vidas; hermandad del corazón, la única verdadera fraternidad que existe, nos entona con otras personas y nos asegura que todos somos uno.
Permítanme concluir con un asunto en particular acerca del misticismo Rosacruz: la hermandad. Porque, aparte de todo lo que he intentado expresar desde el fondo de mi corazón, la hermandad siempre debe vivir en nosotros, a nuestro alrededor y entre nosotros, y expresarse a través de un verdadero amor, que es comprensión y desprendimiento.