Dr. Christian Bernard
(Actual Imperator de la Antigua y Mística Orden Rosae Crucis, prescription AMORC)
Signos de Nuestra Propia Regeneración
El periodo pascual que cubre, check además de la Semana Santa, el tiempo de la Cuaresma (el periodo de preparación), nos invita a percibir los signos de nuestra propia regeneración. Nuestro cuerpo físico muestra una ansiedad similar a la que siente el alma cuando desea evolucionar. El tiempo de Cuaresma es el periodo de purificación necesario y que todas las religiones han instituido a su propia manera. El hígado, el órgano que regula la circulación mediante un proceso llamado “función marcial”, experimenta entonces varios desórdenes que afectan todo el organismo.
Es por eso que se nos aconseja comer ligeramente, lo cual es favorable para hacer un examen de conciencia y sentir el deseo de liberarnos. Se nos recomienda que después de comer productos de invierno, como frutas secas, comamos diente de león. Esta planta (comestible sólo durante unas cuantas semanas, desde el final del invierno hasta que empieza la primavera) ayuda a renovar las células de la sangre y sus propiedades diuréticas son muy beneficiosas. Una vez que todo el ser está purificado, puede compartir el impulso vital que vibra en toda la Naturaleza.
Estudiemos ahora la costumbre norteamericana de los huevos de Pascua, la que parece ser demasiado ajena a la celebración religiosa que es muy antigua. La doctrina órfica alude al huevo en la revelación original, y su significado esotérico resulta tan primordial como el símbolo de la cruz. Tanto el símbolo del huevo como el de la cruz tuvieron su origen en el primer concepto religioso que tuvo la humanidad. En la religión órfica, el huevo representaba la fuente del Ser, el origen de la vida, el principio de la Humanidad y de la Naturaleza. Ese es el porqué este símbolo se encuentra en la iglesia primitiva. En las tumbas de antiguos cementerios cristianos se han descubierto huevos de mármol, similares a los huevos de gallina.
Además, se ha observado que en dichas tumbas también había cascarones de huevo, probablemente restos de las fiestas en las que los huevos eran el platillo principal. San Agustín dijo que los huevos de mármol fueron símbolo de la resurrección del cuerpo. El misterio de la vida surgiendo de la muerte (de la muerte seguida por una vida nueva) fue también el dogma fundamental de la iniciación órfica. Y todo este misterio, que parecía oculto dentro del huevo, constituyó el punto principal y el cimiento de todos los cultos existentes. Pero, ¿en dónde se originó la idea de pintar los huevos?
“Los antiguos representaban de manera simbólica los ‘Huevos de los Misterios’, mitad blancos y mitad negros: blanco como el color de la vida; negro como el color de la muerte; así pues, simbolizaban los dos aspectos de la vida inseparablemente unidos, con lo cual se enseñaba que la vida dentro del organismo es el resultado de una fuerza que crea y luego destruye para crear de nuevo”.
Símbolos tradicionales
En las religiones primitivas pertenecientes a la Época Prehistórica, todas las “diosas-madre” tenían como símbolos y atributos al huevo y a las aves que viven en el agua. Todos conocemos bien la leyenda del cisne de Leda y la del ganso de Juno que salvó el Capitolio.
Muchos de los objetos utilizados para el culto y como ornamentos (floreros, jarrones, lámparas, etc.) tenían forma de huevo o estaban adornados con figuras de aves. El Cáliz Dorado en forma de huevo es la copa sacramental en la cual el iniciado bebe agua, símbolo de la vida vegetal, mezclada con vino, la bebida de Dionisio que simboliza a la fuerza generadora.
La vida está contenida durante corto tiempo dentro de una forma efímera. Es necesario que esta forma sea destruida, que el huevo se incube, para que el ser pueda renacer libre en una nueva existencia, de allí el significado simbólico de la combinación de los dos colores: blanco y negro. Un viejo adagio dice que “un huevo puesto el Viernes Santo, siempre permanece fresco”. He escuchado tantas veces este adagio, así como otro que dice que “un huevo puesto el Viernes Santo induce a la restauración”, que decidí experimentar con este fenómeno. Ahora puedo afirmar que después de muchos meses, el huevo todavía era comible.
Pese a que el huevo está relacionado con las festividades de la Pascua Florida, esta costumbre pertenece a una antigua doctrina pagana que fuera adoptada por la cristiandad: “No he venido a destruir la ley, sino a restaurarla”. Los perpetuos símbolos antiguos se mezclaron tan perfectamente con los nuevos ritos, que las antiguas creencias han trascendido. Los conceptos de “vida-muerte-renacimiento” implican fatalismo. En la Pasión vemos a Cristo obedeciendo la Ley antes de que El venciera finalmente a la muerte a través de su sublime sacrificio. Para muchos cristianos, este triunfo no significará mucho si persisten en concentrarse sólo en lo físico.