Tomado de El País
No es fácil conjugar los distintos intereses que convergen hoy en el Barça. A la directiva le conviene, y sobre todo le urge, reducir la masa salarial del equipo, que sobrepasa ya el 80% después de actualizar los contratos de las figuras que capitanea Messi.
El 10, cuyo vínculo laboral ha sido revisado hasta ocho veces desde 2003, condiciona su continuidad a la calidad de la plantilla, circunstancia que obliga a invertir en futbolistas como Coutinho. Y el entrenador no está dispuesto a tolerar más imprevistos después de la huida de Neymar y la partida de Iniesta. Ningún jugador simboliza mejor la situación que Rakitic.
El croata, fichado del Sevilla en 2014 por un fijo de 18 millones y cuatro de variables, tiene un acuerdo con el Barça hasta 2021. Ha sido un futbolista capital para Luis Enrique y es imprescindible para Valverde. Ahora el Paris Saint Germain le quiere fichar por deseo de Tuchel.
El problema es que no quiere pagar los 125 millones que estipula la cláusula de rescisión porque no puede vulnerar el fair play financiero después de contratar el año pasado a Mbappé y Neymar. La oferta es, en cualquier caso, tentadora para el Barcelona. Así que el club deja que se diga que el jugador tiene a sus 30 años una propuesta excepcional del club de París.
Rakitic prefiere quedarse en el Camp Nou y a cambio solicita que se revisen sus ingresos, consciente de todas maneras de que su ficha no será nunca igual a la recibida del PSG. No es una situación excepcional, sino que más o menos se ha dado también con Busquets.
El poder adquisitivo de la entidad que preside Nasser Al-Khelaifi contrasta con la debilidad financiera de la institución dirigida por Josep Maria Bartomeu. Al actual consejo no se lo olvida que la reforma estatutaria que promovieron y aprobaron a su llegada, prevé la dimisión de la junta si no cuadran las cuentas, las mismas que provocaron la denuncia contra la junta de Joan Laporta.
La operación de Rakitic estaría a expensas, por otra parte, de la posible incorporación de Rabiot porque el Barça precisa de un centrocampista y el francés es una de las mejores opciones juntamente con De Jong, del Ajax.
La prioridad, en cualquier caso, es no gravar más una situación económica aliviada en el mercado estival porque la balanza de altas y bajas ofrece un saldo positivo de unos cinco millones después de traspasos tan sorprendentes como el de Paulinho. No se deja de hablar de “oportunidades de mercado” en el Camp Nou. Así que se impone la compraventa a las cesiones; el último caso sería el de Rafinha. Al igual que Rafinha, Cillessen está en el mercado si algún equipo se anima a pagar para sanear la caja del Barça.