Carlos Burgos
Fundador
Televisión educativa
A partir de 1968 con la Reforma Educativa, se despertó el deseo de muchos padres de familia por impulsar la educación de sus hijos. Se ampliaron las oportunidades de educación en diferentes niveles.
Quince años después, en 1982, la población demandante había aumentado. Se advertía que muchos adolescentes, jóvenes, amas de casa, adultos mayores, obreros, y otros, no podían continuar sus estudios por diversos motivos: la distancia de los centros educativos, su trabajo diurno y nocturno, los medios de transporte, las obligaciones en sus hogares, impedimentos físicos, y otras causas.
A partir de 1968 con la Reforma Educativa, se despertó el deseo de muchos padres de familia por impulsar la educación de sus hijos. Se ampliaron las oportunidades de educación en diferentes niveles.
Quince años después, en 1982, la población demandante había aumentado. Se advertía que muchos adolescentes, jóvenes, amas de casa, adultos mayores, obreros, y otros, no podían continuar sus estudios por diversos motivos: la distancia de los centros educativos, su trabajo diurno y nocturno, los medios de transporte, las obligaciones en sus hogares, impedimentos físicos, y otras causas.
¿Cómo atenderlos de manera eficiente? Algunos estudiaban por su cuenta en forma autodidacta, pero estos esfuerzos no se acreditaban en el sistema educativo. En el MINED teníamos la inquietud por ayudarles en forma sistemática y de acuerdo con las exigencias establecidas.
Le dimos pensamiento fino a la modalidad de educación a distancia. Por mi parte esto era una de mis inquietudes desde mi juventud, además ya tenía experiencia en TV. Educativa desde su fundación, y había tenido la oportunidad de impulsar proyectos con multimedios en la UES y conocer experiencias en otros países a nivel universitario.
Debo confesar, modestia aparte, que en TV. E. éramos creativos, perseverantes, seguros, aventados. Recuerdo, con mucha admiración a mis compañeros Rodolfo Araujo Romagoza, Amadeo Cerna, Nohemy Martínez, Ernesto Israel, Girón Juan Francisco Azahar, Adán Figueroa Mendoza, Rubén Regalado Mendoza, Antonio Nerio, Hilda Lobo, y otros, que me apoyaron con firmeza para darle forma a este ambicioso proyecto. Teníamos el personal técnico y docente, la infraestructura, los recursos materiales y el apoyo de las autoridades del MINED.
Necesitábamos la base legal, como una gran sombrilla que cubriera nuestros nuevos proyectos, y nos esmeramos en redactar un acuerdo de amplio alcance. Así, el 7 de septiembre de 1982, el Poder Ejecutivo a solicitud del Ministerio de Educación, expidió el Acuerdo No. 3032 para crear el Sistema de Educación a Distancia. Fecha histórica en la evolución de la educación salvadoreña.
Se concibió la educación a distancia como un servicio para todas las personas que deseaban realizar estudios de formación y perfeccionamiento en los diferentes niveles educativos por medio de impresos de autoaprendizaje, televisión, radio, cine y otros multimedios, así como las tutorías o asesorías que garanticen la eficiencia del hecho pedagógico.
Cualquier modalidad de la educación a distancia estaba contribuyendo a la democratización de la educación nacional, se ampliaban las oportunidades para la población demandante, se promovía el interés de las personas en su autoformación.
Como estrategia metodológica se recomendaba el establecimiento de un sistema de control, registro y evaluación; asesorías, tutorías y otros componentes. ¿Qué se necesitaba para estudiar a distancia? Para inscribirse en un grado a distancia de cualquier nivel educativo, una persona debería presentar su último certificado oficial como prerrequisito de entrada.
Si el posible usuario no había realizado estudios en algún centro educativo, pero había estudiado por sí mismo en forma libre y había alcanzado cierta madurez, se sometía a un examen por suficiencia. La junta examinadora determinaba su nivel de entrada. Esta acreditación era otra innovación educativa. En caso que el examinando solo aprobaba algunas materias y reprobaba otras, se le orientaba, se le proporcionaban los programas de estudio y se le sugería los textos para estudiar. Después de cierto período el estudiante informaba que ya estaba listo para someterse a las pruebas correspondientes. De esta manera el estudiante avanzaba en su formación.
El recurso humano para implementar este sistema debería estar formado por maestros calificados, y entrenados para ello, y en su defecto por promotores sociales, agentes de cambio y toda aquella persona que demostraba capacidad, interés y espíritu de servicio para el logro de las finalidades del sistema, además de las orientaciones específicas para el desempeño de sus funciones.
La base legal constituyó la plataforma que sustentaría el proyecto del nivel de educación media con el Instituto Nacional de Educación a Distancia (INED) y el Proyecto de Educación Básica a Distancia (PREBAD), de los cuales nos ocuparemos la próxima semana. Hasta pronto.
¿Cómo atenderlos de manera eficiente? Algunos estudiaban por su cuenta en forma autodidacta, pero estos esfuerzos no se acreditaban en el sistema educativo. En el MINED teníamos la inquietud por ayudarles en forma sistemática y de acuerdo con las exigencias establecidas.
Le dimos pensamiento fino a la modalidad de educación a distancia. Por mi parte esto era una de mis inquietudes desde mi juventud, además ya tenía experiencia en TV. Educativa desde su fundación, y había tenido la oportunidad de impulsar proyectos con multimedios en la UES y conocer experiencias en otros países a nivel universitario.
Debo confesar, modestia aparte, que en TV. E. éramos creativos, perseverantes, seguros, aventados. Recuerdo, con mucha admiración a mis compañeros Rodolfo Araujo Romagoza, Amadeo Cerna, Nohemy Martínez, Ernesto Israel, Girón Juan Francisco Azahar, Adán Figueroa Mendoza, Rubén Regalado Mendoza, Antonio Nerio, Hilda Lobo, y otros, que me apoyaron con firmeza para darle forma a este ambicioso proyecto. Teníamos el personal técnico y docente, la infraestructura, los recursos materiales y el apoyo de las autoridades del MINED.
Necesitábamos la base legal, como una gran sombrilla que cubriera nuestros nuevos proyectos, y nos esmeramos en redactar un acuerdo de amplio alcance. Así, el 7 de septiembre de 1982, el Poder Ejecutivo a solicitud del Ministerio de Educación, expidió el Acuerdo No. 3032 para crear el Sistema de Educación a Distancia. Fecha histórica en la evolución de la educación salvadoreña.
Se concibió la educación a distancia como un servicio para todas las personas que deseaban realizar estudios de formación y perfeccionamiento en los diferentes niveles educativos por medio de impresos de autoaprendizaje, televisión, radio, cine y otros multimedios, así como las tutorías o asesorías que garanticen la eficiencia del hecho pedagógico.
Cualquier modalidad de la educación a distancia estaba contribuyendo a la democratización de la educación nacional, se ampliaban las oportunidades para la población demandante, se promovía el interés de las personas en su autoformación.
Como estrategia metodológica se recomendaba el establecimiento de un sistema de control, registro y evaluación; asesorías, tutorías y otros componentes. ¿Qué se necesitaba para estudiar a distancia? Para inscribirse en un grado a distancia de cualquier nivel educativo, una persona debería presentar su último certificado oficial como prerrequisito de entrada.
Si el posible usuario no había realizado estudios en algún centro educativo, pero había estudiado por sí mismo en forma libre y había alcanzado cierta madurez, se sometía a un examen por suficiencia. La junta examinadora determinaba su nivel de entrada. Esta acreditación era otra innovación educativa. En caso que el examinando solo aprobaba algunas materias y reprobaba otras, se le orientaba, se le proporcionaban los programas de estudio y se le sugería los textos para estudiar. Después de cierto período el estudiante informaba que ya estaba listo para someterse a las pruebas correspondientes. De esta manera el estudiante avanzaba en su formación.
El recurso humano para implementar este sistema debería estar formado por maestros calificados, y entrenados para ello, y en su defecto por promotores sociales, agentes de cambio y toda aquella persona que demostraba capacidad, interés y espíritu de servicio para el logro de las finalidades del sistema, además de las orientaciones específicas para el desempeño de sus funciones.
La base legal constituyó la plataforma que sustentaría el proyecto del nivel de educación media con el Instituto Nacional de Educación a Distancia (INED) y el Proyecto de Educación Básica a Distancia (PREBAD), de los cuales nos ocuparemos la próxima semana. Hasta pronto.