Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
“En Comasagua, La Libertad, el ECO de Bello Horizonte fue cerrado, es lamentable porque son miles de familias del área rural y mucho más, que tengan que caminar hasta el casco urbano para una atención (médica) que antes la tenían en su comunidad, esa es la salud que tenemos”, manifestó Rosa Aguiar, lidereza comunitaria.
El Foro Nacional de Salud, desde sus liderazgos a nivel nacional, se pronunció ante lo que consideran un retroceso en los servicios de Salud Pública; además de la falta de transparencia en la construcción del Hospital Nacional Rosales y la negligencia para enfrentar el repunte de casos de COVID-19, en el país.
La lideresa Rosa Aguiar recordó el préstamo por 170 millones de dólares, aprobado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para la reconstrucción del hospital Rosales, un hospital de Tercer Nivel de Salud, que fue aprobado por la Asamblea Legislativa en junio de 2018, en la administración del expresidente Salvador Sánchez Cerén, cuya construcción no la inició porque lo prohíbe la ley, ya su periodo presidencial estaba a un año de concluir.
La administración del presidente Nayib Bukele, en 2019, recibió el proyecto de diseño aprobado por el BID, y fue hasta febrero 2021 que el Ministerio de Salud, abrió el proceso de licitación para la reconstrucción del nosocomio y la construcción de un edificio de Consulta Externa Especializada.
“La decisión de empezar de cero con el proceso de construcción del nuevo hospital pone en evidencia el populismo y la peligrosa costumbre de las promesas incumplidas, que caracteriza a este gobierno. El anuncio del presidente Nayib Bukele, que destaca la inversión de 35 millones de dólares, para la construcción del hospital Rosales para este año, pero en el presupuesto de salud, únicamente han asignado 26 millones de dólares en mejoramiento de la red hospitalaria”, criticó Aguiar.
El foro también denunció una “disminución en la ejecución presupuestaria” del Ministerio de Salud, de acuerdo con el Programa Anual de Inversión Pública, y comprobaron que a noviembre de 2021 solamente fue un 27.5% de sus fondos utilizados, que se traduce en solo 28 millones de dólares, de los 102 millones de dólares que les fueron programados.
“Le recordamos al presidente Bukele, que a través de sus redes sociales señalaba la urgencia de este proyecto, cuando criticaba a los -mismos de siempre- , como llama a sus adversarios políticos, porque antepuso la construcción de la infraestructura del hospital Rosales, en lugar de equiparlo. Y le preguntamos ¿Cómo pudo gastar millones de dólares en implementar el Bitcoin, a pesar de la urgente necesidad del pueblo de un centro de salud público, digno y equipado?”, lamentó Aguiar.
Sobre la negligencia del sistema de salud, Morena Murillo, del Foro Nacional de Salud (FNS), señaló que la promesa de un sistema digitalizado para la atención rápida de los usuarios fue abandonado por falta de una estructura informática que respondiera a la realidad nacional y falta de capacitación del personal, lo que sigue retrasando los servicios de salud pública en el país.
“Tenemos también la falta de acceso a la información pública de salud, y eso es grave. Para nosotros como Foro Nacional de Salud es una limitante para la toma de decisión. También que no actualizan los datos, que haya manipulación de estos datos o información falsa es un franco retroceso para que tomen decisiones diversos sectores involucrados en la salud”, afirmó.
“Nuestra organización se encuentra a nivel nacional en diferentes estructuras departamentales, municipales y nacionales, lo que nos ha permitido percibir como la gente obtiene los servicios de salud.
Como FNS, garantizamos información veraz a partir del trabajo de los diversos comités comunitarios, tenemos propuestas de cómo abordar la salud desde la comunidad”, indicó Murillo.
No obstante, calificó de “grave” que El Salvador no cuenta con información auténtica, citando la ola de afectados por el Ómicron, de la cual el ministro Francisco Alabí demoró en aceptar y confirmar que este variante del virus COVID-19, ya circulaba en el país.
“Hemos tenido una ola de casos de COVID-19, y la gente no se da cuenta, entonces, al no tener claro qué es lo pasa con la enfermedad, la gente tiende a relajar las medidas de prevención al contagio y eso nos parece una negligencia para enfrentar el repunte de estos casos”, reiteró Murillo.
David Alexander Marroquín, de los liderazgos comunitarios del oriente del país, sugirió a las autoridades de salud ampliar las pruebas a nivel comunitarios, basándose en la información vertida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha recomendado que al aplicar esta medida puede quitar la presión a la saturación que actualmente viven los hospitales.
“Se debería retomar también la recomendación (OMS), sobre el uso de pruebas rápidas de antígenos, que han demostrado su efectividad, ofrecen un diagnóstico en tan solo minutos, no requieren equipos ni formación especializada y pueden llegar a más personas a través de los establecimientos comunitarios”, señaló.
Asimismo, consideró que la emergencia por el COVID-19, dejó en evidencia los “desaciertos en el proceso de vacunación”, dijo Marroquín, al mencionar que retardaron la decisión de descentralizar este proceso, cuando muchos profesionales de la medicina sugirieron acercar la vacuna a los territorios.
“Ante la emergencia por la cuarta ola de COVID-19, el sistema de salud no pudo responder de forma oportuna, lo que saturó las líneas de atención y retrasó la homologación de las pruebas. Y lejos de apoyarse en estructuras organizativas como Comités de Salud Comunitaria, han decidido iniciar procesos de privatización al contratar call center que no poseen conocimientos de salud para enfrentar emergencias”, criticó Marroquín.