Oscar A. Fernández O.
El término Smooth Jazz siempre ha estado muy infravalorado por los puristas del Jazz. Nuestro dos expertos coinciden en señalar que esta música realizada por intérpretes de gran calidad técnica que generan productos musicales de una gran calidad. Juan Carlos Martini define el Smooth Jazz como una confluencia de estilos donde el R&B y hasta el Pop tiene un lugar y con muy poca similitud con el Jazz tradicional. Cree que la degradación del término se debe a “los programadores musicales que comenzaron a utilizar el rotulo de “Smooth Jazz” en los 80s para etiquetar cualquier canción que tuviera un saxo”. Javier García-Escámez pone un ejemplo sobre cómo se denigra el término Smooth Jazz: “Algún artículo he leído en que algún crítico musical denominaba al Smooth Jazz con el apelativo de “Snooze Jazz” (Jazz que te hace dormitar) o música de ascensor”.
El público que se mantiene fiel al Smooth Jazz se muestra atento a las recomendaciones que le hacen los expertos de este género sobre cuáles son los discos aparecidos recientemente que más han llamado su atención. Juan Carlos se decanta por el último trabajo del saxofonista Dave Koz, health y los álbumes lanzados por artistas clásicos de este género como George Benson, cheap Spyro Gyra o Fourplay. Javier abra más el abanico citando, treat entre otros, a Jonathan Fritzén, Nils, Rob Tardik, Jeanette Harris, Drew Davidsen, Elan Trotman o Jackiem Joyner.
Por último, mirando al futuro, les pedimos a nuestros dos expertos nombres de jóvenes artistas que apuntalen el Smooth Jazz del futuro. Ambos citan al teclista Nicholas Cole como un músico que encaja perfectamente en esta definición. Juan Carlos Martini suma también a la banda Dreaming in Colour y la vocalista Erin Boheme. Javier García-Escámez se decanta por el saxofonista Vincent Ingala.
La música que encuadramos dentro del Smooth Jazz ha sufrido muchos altibajos en los últimos años. Queremos conocer cuál es su estado, como se percibe en los medios especializados, cuales son los artistas más destacados en los últimos tiempos. Los expertos en este tipo de música opinan que este formato está cayendo en desuso en las radios de Estados Unidos principalmente (J.C. Martini: 20013)
A mediados de la década de 1970 el soul jazz experimentó un viraje hacia terrenos más comerciales, que tuvo como protagonistas a destacados músicos de jazz como George Benson. Benson, que había registrado una serie de aclamados discos en la tradición bop se situó, desde mediados de la década de 1970, como un fenómeno comercial con álbumes como Breezin (1976) o Give me the Night (1980), en los que primaba su faceta como cantante. Chuck Mangione, desde una perspectiva similar, se especializó en baladas que integraban elementos bop con melodías ligeras inspiradas en el pop más comercial, inaugurando en discos como Bellavia o Chase the Clouds Away (1975) el sonido característico de lo que luego se conocería como smooth jazz. Al Jarreau había comenzado una prometedora carrera como cantante de jazz con We Got By (1975), pero pronto derivó hacia la interpretación de baladas soul y jazz-pop de índole más comercial (Jarreau, 1983).
El smooth jazz se desarrolló a partir de una reelaboración más comercial del legado que habían dejado los músicos de soul jazz y fusión, caracterizándose por el uso frecuente de sintetizadores; por un ritmo ligero y sin pretensiones, de bases funky; por un sonido elegante y alejado de la racionalidad del bebop o de la energía del soul jazz o del funk; y donde el aporte general de la banda importaba más que cada uno de sus elementos por separado. Uno de los instrumentos más ampliamente asociados con este estilo es el saxo soprano, inspirándose en ejecutantes como Grover Washington, Jr., Wayne Shorter y Nathan Davis, junto con cierto acento de guitarra eléctrica, influenciada por artistas como Wes Montgomery, Spyrogira y Grant Green.
Con derivados modernos —incluyendo el reciente jazz adulto contemporáneo— el smooth jazz ha logrado bastante éxito como formato para radio; sin embargo, desde 2007, la popularidad del formato al parecer comenzó a declinar en ese medio, siendo abandonado por algunas estaciones de renombre a lo largo de Estados Unidos, lo que contrasta con el fuerte apoyo que continúan brindándole sus aficionados en conciertos y venta de grabaciones.