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El ‘supermartes’, una jornada decisiva para aspiraciones de Trump y Clinton

Por Aldo Gamboa/Washington/AFP

El republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton esperan que esta jornada de ‘supermartes’, en la que se celebran primarias en una docena de estados, les otorgue una victoria en la interna partidaria que los deje más cerca de la candidatura presidencial.

El estado de Virginia, en la costa este de Estados Unidos, abrió sus centros de votación las 6:00 de la mañana, hora local, iniciando la maratón en la que se elegirán 19% de los delegados demócratas y 24% de los republicanos a sus respectivas convenciones.

En el caso del partido Republicano, el porcentaje de delegados que se elige este martes representa casi la mitad de los necesarios para ganar la disputa interna y alzarse con la candidatura a la Casa Blanca.

El polémico multimillonario Trump exhibe una avasalladora ventaja sobre todos sus adversarios dentro del partido Republicano: de acuerdo a un sondeo realizado por CNN/ORC Survey, tiene aproximadamente el 49% de las intenciones de voto, más que todos los otros aspirantes sumados.

Pese a que es ignorado públicamente por el establishment republicano,

Carente de experiencia política, Trump es públicamente ignorado por el establishment republicano.

No obstante, una victoria del magnate de los bienes raíces este martes lo consagraría a posición de privilegio que podría dejar al centenario partido sin otra alternativa que abrazar su candidatura.

En tanto, Clinton, que cuenta con el apoyo del aparato del partido Demócrata, es franca favorita para conseguir este martes una confortable ventaja sobre el senador Bernie Sanders, un socialista democrático que defiende una nueva etapa en la política estadounidense sin la influencia del dinero y las grandes corporaciones.

Escenario desolador

En el caso de Trump, su favoritismo llega claramente acompañado de una crisis sin precedentes en el partido Republicano, fundado en 1854.

Al igual que Trump, el tercer aspirante en discordia, el senador Ted Cruz, también es detestado por la dirección partidaria, pero su alternativa viable, el senador Marco Rubio, parece incapaz de achicar la distancia que lo separa del multimillonario.

En ese cuadro, Rubio y Cruz pasaron a usar las mismas armas de Trump, y la campaña se transformó en un festival bizarro de insultos, golpes bajos y discursos que incluyen menciones a calzoncillos sucios, a la transpiración y alusiones a la confiabilidad de hombres con manos pequeñas.

Fiel a su estilo, el lunes Trump simplemente ignoró la indignación generalizada por su negativa a rechazar el apoyo del Ku Klux Klan y su líder, David Duke, a su candidatura («aún no sé nada sobre él», dijo). En cambio, en un acto público criticó el «tono patético» que usa Clinton en sus discursos.

Asimismo, ridiculizó a Rubio por la forma en que transpiró durante el último debate, y afirmó que «no podemos tener este tipo de gente negociando con los chinos o con (el líder ruso Vladimir) Putin».

A medida que más y más pesos pesados republicanos manifiestan su apoyo a Rubio o a Cruz, más y más sube Trump en la disputa interna, una situación que deja al partido ante la necesidad de cuestionarse en qué momento será necesario aceptar su candidatura y alinearse detrás de él.

Cuadro menos turbulento

Entre los demócratas, la situación parece menos turbulenta, en especial después de la aplastante victoria de Clinton sobre Sanders en la primaria de Carolina del Sur.

La ex primera dama había iniciado la campaña como favorita absoluta, pero los dos primeros capítulos de la interna (en Iowa y New Hampshire) dejaron claro que esa ventaja podría esfumarse de un minuto a otro.

Una fuerte campaña de críticas a Sanders en las últimas dos semanas y una importante victoria en Carolina del Sur parecieron devolver a Clinton el liderazgo y la autoconfianza previo de una jornada fundamental como la del ‘supermartes’.

En un acto público realizado el domingo, Clinton incluso pareció dejar atrás la fase de críticas a Sanders para concentrarse en el futuro y una eventual disputa electoral con Trump.

«Yo no creo que Estados Unidos haya dejado de ser grande. Pienso que debemos devolver a Estados Unidos su unidad», dijo Clinton, en una directa referencia al lema de campaña de Trump, «Devolver a Estados Unidos su grandeza».

El sondeo de CNN/ORC halló que Clinton tiene a nivel nacional una ventaja de 55% a 38% sobre Sanders, aunque el promedio de todas las encuestas en esta coyuntura sugiere una ventaja de 47% a 42%, de acuerdo con el sitio web especializado RealPolitics.

«Preciso que voten mañana (martes), y que traigan amigos y familiares a votar», pidió Clinton a sus seguidores.

Sanders admitió haber sido «aplastado» en Carolina del Sur, donde el 86% de los electores demócratas negros optaron por Clinton, y su equipo de campaña concentró sus expectativas en estados como Massachusetts, Minnesota, Oklahoma y Colorado, así como Vermont, estado al que representa como senador.

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