Luis Arnoldo Colato Hernández
Educador
La imagen proyectada por el régimen hacia el exterior es la de un país acogedor, seguro y próspero.
Pero todos sabemos que eso es falso.
Apenas utilería a escala nacional dirigida a montar una fachada de progreso, orden y paz, un estado irreal que no se corresponde con nuestra realidad, pero sí con los ingentes esfuerzos del régimen por mantener esas apariencias para así favorecer su imagen.
Con algunas inversiones que llegan.
Pero ni en el volumen ni en la cantidad que espera el régimen.
Las actuales condiciones impuestas por los mamotretos ilegales que nos receta el régimen en lo tocante al estado de excepción, y su acompañante que silencia toda información financiera del estado, impide ver la foto completa de las finanzas, pero es un hecho que nadie en su sano juicio arriesgará sus recursos en un país donde las cosas responden al solo capricho de un individuo, que requiere para superar su inseguridad fastas inversiones, bulos y desinformación dirigidas al solo propósito de hacerle ver bien.
Lo que incluso de frente a una sociedad que tiene de media una formación que no supera el 8º grado de educación básica es un desafío, lo que se confirma en lo lejanos que están los días en que la sola presencia del caudillo convocaba masas, que ahora sólo reúne a sus incondicionales, que cada vez son menos, y los que, como él, son corresponsables de los delitos que contra la vida y la institucionalidad comete diariamente el régimen.
Desde el final del conflicto armado, los gobiernos de derecha sumaron créditos sobre créditos para el supuesto de reconstruir al país.
Pero no hicieron nada, solo robaron los activos estatales además de aquellos créditos.
Llegaron entonces los dos gobiernos de izquierda, dedicados a la reconstrucción y al manejo transparente de las finanzas públicas, lo que fue alabado por la banca multilateral.
No cumplieron penosamente con sus obligaciones de generar empleo y atender la seguridad pública, sus grandes equívocos, que se tradujo en la profundización de esa inseguridad y más inmigración ilegal.
Esto generó el hastío del que se sirvió el caudillo que nos mal gobierna ilegalmente, para convencer a la población, ofreciendo transparencia, legitimidad, trabajo y seguridad.
Su solo logro es la seguridad armada, pero ha además endeudado como ninguno de sus predecesores al país, habiendo contratado una deuda porcentualmente mayor a la adquirida en suma por todos los gobiernos que le antecedieron, lo que de acuerdo al FMI supone que, en junio o en agosto a más tardar habrá cubierto el completo 100% del PIB, y que al evaluar a ojo, dada la carencia de cifras que nos permitan verificarlo, claramente el desvío de recursos y en concordancia con lo denunciado por el mismo FMI, es masivo a pesar de lo que se supone el régimen ha hecho.
Sin trabajo, endeudados hasta la médula, sin institucionalidad y sin libertad.
Pues cada pueblo tiene lo que merece.