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FRANCIS FANCI
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Nacemos valientes, stuff corajudos, viagra audaces. Estrenamos miedo y descubrimos el torturante insomnio acorralados por sustos sin existencia propia, sales hilvanados y tejidos en nuestro recóndito telar por la maravillosa y mágica tejedora como ninguna, nuestra imaginación; cuanto más inocente, más fértil.
Temíamos a fantasmas, a monstruos bajo la cama, a un león merodeando al otro lado de la puerta de la habitación.
La ropa colgada, un juguete, una cortina, en fin cualquier cosa, se metamorfoseaba en la penumbra, en una bruja al acecho o un marciano (todavía no eran alienígenas o extraterrestres), pero seguíamos siendo muy valientes en las situaciones reales. No temíamos trepar un árbol, vadear un río, azuzar un perro, gato o toro; fuimos alpinistas, saltimbanquis, exploradores; guerreros de la travesura, el desplante, la franqueza, la desfachatez.
Crecimos. Evolucionamos hacia la razón, la lógica, el juicio. Fantasmas y goyescas desaparecieron junto con el diente que compró el ratón.
Más como ya habíamos despertado al demonio del miedo, éste muy astuto se trasladó a otra trinchera. Ya no le tememos a los muertos, nos tememos recíprocamente entre los vivos; los fantasmas, ahora tienen tatuajes y cabeza rapada; los monstruos tienen nombres, el más terrible se llama Banco, es asolador; los leones detrás de la puerta, ahora son gente que lleva a los hogares los miedos al “león rugiente”, Satanás a domicilio; compartiendo sus fábulas con el prójimo, como Dios manda.
A nuestro rededor danzan burlones los duendecillos de poca monta, pero que igual hostigan: miedo al qué dirán, a no ser aceptado, a que nos vean mal, a no estar a la moda, a los cambios, a decir la verdad, miedo al fracaso y al éxito también.
Pero un miedo que de niños no tuvimos, es ahora el más aterrador; el temor a perdonar, a la reconciliación, miedo de amar abiertamente al Creador y a todas sus creaturas.
LO QUE EL MUNDO NECESITA ES AMOR.
FRANCIS FANCI. –Centro de Estudios e Investigaciones Filosóficas.-
