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“El temor más grande que tengo es que no alcance a ver este regreso”: Mirta Rodríguez

Mirna Jiménez

Mirta Rodríguez, pills de 82 años de edad espera que la vida le alcance para ver en libertad a su hijo Antonio Guerrero condenado en Miami, Estados Unidos, el 12 de septiembre de 1998  bajo los cargos de espionaje.

De acuerdo con Cuba, Guerrero y otros cuatro cubanos se infiltraron en la comunidad cubana de Miami, donde lograron desbaratar una red terrorista que organizó ataques contra la isla.

Según Rodríguez, la injusta condena contra su hijo y otros cuatro cubanos que lo único que hacían era impedir acciones terrorista planificadas desde los Estados Unidos en contra de la isla, han tenido graves repercusiones emocionales en sus familias.

Para el caso y debido a su encarcelamiento, los denominados cinco “héroes cubanos” no han visto crecer a sus hijos, han perdido a sus padres, madres o hermanas y enfrentan graves problemas de salud, además de haber sido separados de su patria, en el caso de Guerrero por 16 años.

La octogenaria considera que el único que puede poner fin a la condenas injustificadas contra su hijo y dos cubanos más que aun permanecen prisioneros, es el presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, en lo que le queda de su gestión.

Tony, como lo llaman su madre, y sus amigos, purga una condena de 21 años y 10 meses de cárcel, mientras Ramón Labañino ha sido condenado a 30 años de prisión y Gerardo Hernández, a dos cadenas perpetuas, más 15 años adicionales de encierro. A la fecha, René González y Fernando González salieron libres luego de cumplir con las condenas impuestas en tribunales de Miami.

La madre de Guerrero participó este jueves en San Salvador en la convocatoria para el V Congreso de Solidaridad con Cuba, organizado por el comité salvadoreño de solidaridad con Cuba, el cual se celebra en el marco de todos los esfuerzos internacionales que se han organizado y se seguirán desarrollando a nivel internacional por la libertad de los 5 héroes, como les llaman ellos.

Co Latino entrevistó a la señora Rodríguez para conocer su testimonio como madre de uno de los cinco prisioneros.

– ¿Cual fue su reacción cuando se enteró que su hijo estaba preso?

Bueno, por un lado tenía la satisfacción que mi hijo había aportado al pueblo cubano a monitorear acciones que desde el suelo estadounidenses se planificaban en contra de la isla, pero esperábamos un juicio justo e imparcial.

– ¿Usted viajó y tuvo acceso al proceso judicial?

Me dieron visa y participé de las sección de jurado, estuve tres meses (en) las audiencias; cuando nos fuimos al juicio de sentencia, el jurado se vio impotente, no hizo preguntas. El temor más grande es que no pueda alcanzar a ver este regreso (de Guerrero), que no me dé tiempo la vida.

– ¿Cómo se sentiría usted si su hijo saliera libre y quedaran los otros dos cubanos presos?

Sería para mí una cosa dolorosa regresar y que se quedaran dos de sus hermanos. Nosotros no nos conocíamos, nos conocimos y nos unimos. Como familia de lucha hemos participado en Cuba y en otros países en muchos eventos, pero todavía están allí y los otros dos salieron hasta que cumplieron sus penas.

– ¿Qué le pediría usted desde su corazón de madre al presidente de los Estados Unidos Barak Obama?

Yo siempre le digo que razonando su persona, premio Nobel, como buen padre, tiene esa distinción especial para hacer justicia. Y que no hay porqué enzañarse con un país que solo buscaba protegerse.

– ¿Usted ha llorado mucho por esta separación familiar?

No paro de llorar… pero una amiga, que por cierto ya murió, fundadora del Partido Comunista en Argentina, viajó un día a Cuba, cuando yo la ví me emocioné: Voy me le acercó y la abrazo y lloro … y me separa con una energía tremenda y me dice esto no se resuelve de esta manera. Como tú dices esta lucha yo la empece llorando, pero a partir de ese momento yo cargué ese pensamiento.

– ¿Ha hablado con su hijo?

En el corto tiempo que tenía él me llamaba y yo no podía contestarle, porque la emoción me embargaba, y él escuchaba la voz quebrada y él me enseñó que no me dejara vencer. Él en la prisión escribe poesía, tiene como nueve libros editados, luego se dedicó a pintar, hoy no puede parar. Nos preocupa Gerardo que le han puesto 2 cadenas perpetuas y otros años de prisión, estas cadenas las tenía mi hijo sin embargo a él (Gerardo) no se la quitaron.

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