Marlon Chicas –
El Tecleño Memorioso
Un elemento que caracteriza a la Ciudad de Las Colinas es su infraestructura, con sus monumentales edificaciones de gran valor histórico, como sus antiguos templos, que en algunos casos sucumbieron al seísmo del 13 de enero de 2001, entre estos el de la Inmaculada Concepción de María, considerada la parroquia madre en la ciudad.
Escrutando algunos registros históricos, dan cuenta que su creación estuvo a cargo de monseñor Tomás Pineda y Saldaña (+), segundo arzobispo metropolitano de San Salvador en 1854, y quien, la dedicó a esta advocación, por su ferviente devoción a la Santísima Virgen; lo que coincidió con el anuncio del Papa Pío IX de proclamarla como dogma de fe.
Un dato relevante para no olvidar es el potente terremoto que azoló la ciudad capital por esas fechas, por lo que se tomó la decisión, de que la parroquia de la Inmaculada Concepción fuera nombrada catedral, puesto que Santa Tecla sería la nueva metrópoli, bajo el nombre de Nueva San Salvador, y no como originalmente se conoció a está hacienda, propiedad del ciudadano catalán Juan Palma (+).
La misión de Pineda y Saldaña no hubiese sido posible sin el apoyo del expresidente de la república teniente general José María San Martín (+), el ingeniero José Ciriaco López (+), el licenciado José Damián Villacorta (+), así como el insigne docente Daniel Hernández (+), responsable de matizar el altar mayor. Otro elemento por valorar de esta historia fue la petición expresa de monseñor Saldaña de ser enterrado en dicho lugar, lo que se cumplió un 6 de agosto de 1875, ubicando sus restos mortales bajo el altar mayor del antiguo templo.
A lo largo del tiempo, el antiguo edificio tuvo modificaciones en su infraestructura; en 1899, el padre José Argueta (+), demolió el área de coros del antiguo altar mayor y construyó uno nuevo, así mismo se erigió una cruz de hierro. En 1904 con ocasión del 50 aniversario del dogma de la Inmaculada Concepción, se bendijo e inauguró la gruta dedicada a Nuestra Señora de Lourdes; se instaló la pila bautismal de mármol, que actualmente se resguarda en el museo sacro de la parroquia, que según nuestros mayores estuvo a cargo del padre Salvador Revelo (+), quien realizó mejoras al ladrillo del presbiterio y nave central del templo, e instaló nichos a los lados del altar mayor con las imágenes de Santa Tecla y San José.
Por su parte, el padre Carlos Portillo Véliz (+), con ocasión del 1er Congreso Eucarístico Parroquial en 1941 instaló un monumento conmemorativo a dicha solemnidad. El padre Manuel Andrés Alvarenga (+), construyó el campanario frontal de concreto armado. En la década del 70 hubo un conato de incendio que daño un gigantesco reloj de cuerda ubicado al costado sur de la antigua iglesia. En 1986 con la llegada de monseñor Rogelio Esquivel se realizaron nuevas modificaciones al santuario. El 13 de enero de 2001 el antiguo templo es destruido por la fuerza de la naturaleza, siendo reconstruido 3 años después, con el apoyo de la feligresía tecleña y benefactores.
En conclusión, Santa Tecla guarda un fantástico patrimonio religioso, de la que debemos sentirnos orgullosos los habitantes de esta bella y única urbe.