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El tiempo apremia para las negociaciones sobre cambio climático

Por Jordi Zamora/Bonn/AFP

Negociadores sobre un acuerdo de lucha contra el cambio climático en Bonn reconocieron este miércoles que el tiempo apremia, buy viagra a tres días del fin de las discusiones para lograr un texto, find aunque todos coincidieron en echarse mutuamente la culpa.

«No creo que este trabajo nos conduzca a donde queremos estar a finales de esta semana», ask advirtió en sesión plenaria la negociadora jefe francesa, Laurence Tubiana.

El actual borrador debe ser aprobado definitivamente en la gran Conferencia sobre el cambio climático (COP21) que acoge Francia en diciembre.

De tener éxito, las negociaciones sentarán las bases de la lucha contra el calentamiento del planeta, la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles y la ayuda a los países más vulnerables.

«Es obvio que si los ministros examinaran el párrafo uno (del texto) en estos momentos, probablemente muchos delegados perderían la mitad de sus sueldos», espetó uno de los jefes de grupo de trabajo, Artur Runge-Metzer.

El texto, de 20 páginas hasta el pasado lunes, sufrió un gran retoque tras las protestas del gran grupo de naciones en vías de desarrollo, el denominado G77, así como China, que reclamaron más atención a sus quejas.

El texto creció de nuevo hasta las 34 páginas, y el trabajo, en sesiones que se alargan hasta la noche, se dividió por capítulos en varios grupos de trabajo.

Este miércoles, en sesión plenaria para evaluar el ritmo de trabajo, el ambiente era de nerviosismo.

«Todas las partes están desalentadas o porque no nos movemos lo suficientemente rápido, o porque no tienen tiempo de examinar todas las propuestas», deploró otro jefe de grupo de trabajo, Frank Perrez.

El alcance de esas propuestas genera tensión básicamente entre países desarrollados y en desarrollo, pero las peleas se producen también en el seno de los distintos grupos y regiones.

«Les pido que discutan con sus pares» fuera de los grupos de trabajo, imploró el copresidente de las negociaciones, el argelino Ahmed Djoghlaf.

Los contactos bilaterales o en pequeños grupos son esenciales para acelerar luego el trabajo de lectura del texto en los grupos de trabajo, recordaron los jefes de la negociación.

«No hay un plan B. La única opción es lograr el plan A», advirtió Tubiana.

Lo que está en juego

En juego está cambiar la matriz de producción de energía del planeta, los compromisos de reducción de emisiones de gases, las gigantescas ayudas que necesitan los países pobres para afrontar el impacto del calentamiento del planeta.

Esas ayudas están cifradas en 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020, cuando debería entrar en vigor esta convención de la COP21.

«Vemos una desproporción total entre lo que nosotros hemos aportado al problema y lo que recibimos a causa del problema», explicó a la AFP Edwin Castellanos, jefe negociador guatemalteco.

Para acelerar los trabajos, las partes decidieron cerrar el acceso a los grupos de trabajo a las organizaciones no gubernamentales.

«La sociedad civil es crítica para ayudar a algunos países» que no tienen la capacidad para lidiar con las negociaciones más técnicas, criticó Alyssa Johl, de la red de organizaciones de defensa del medio ambiente CAN.

Centroamérica quiere que se reconozca su vulnerabilidad

América Central intenta que el acuerdo histórico de lucha contra el cambio climático, en negociación actualmente, reconozca específicamente su vulnerabilidad ante los desastres naturales, informaron este miércoles jefes negociadores de la región en Bonn.

«Estamos intentado de lograr que se incorpore de la región como una de las más vulnerables al lado de los países menos desarrollados y los insulares. Vamos a ver qué sucede porque África también quiere que se incluya una mención específica para ellos» explicó a la AFP Giovanna Valverde, jefa negociadora de Costa Rica.

«Definitivamente Centroamérica ha mostrado en la última década que es una región altamente impactada por las variaciones extremas de clima» añadió Edwin Castellanos, el jefe negociador de Guatemala.

La iniciativa se gestó en el seno del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y se quiere plantear este mismo miércoles en los trabajos en la ciudad alemana, que reúnen a 195 partes.

Los negociadores debaten hasta el viernes un acuerdo de lucha contra el cambio climático que debe ser ratificado en París por los ministros del ramo, dentro de seis semanas.

El preámbulo del acuerdo, aún provisional, menciona específicamente a los países menos desarrollados, a los insulares (Estados isla) y a África como las regiones «más vulnerables».

Esa mención aparece también en secciones clave del texto, de 34 páginas en la actualidad, como en el capítulo «adaptación (al cambio climático)».

Una mención específica podría abrir el campo a medidas también particulares para esas regiones en futuros planes de ayuda.

Pero los debates en Bonn están siendo arduos, y los copresidentes de las negociaciones, Estados Unidos y Argelia, urgen a todos los jefes negociadores a restringir sus aportaciones.

El borrador pasó de 20 páginas a 34 páginas ante una rebelión el lunes de los países en vías de desarrollo, 134 naciones agrupadas en el G77, que querían ver reflejadas sus posiciones.

«Vemos avances lentos desafortunadamente. Hay riesgo  de llegar al viernes y no tener todavía el producto que necesitamos» reconoció el delegado guatemalteco.

Guatemala sufrió un devastador alud en la periferia de su capital el pasado 1 de octubre, con 280 muertos y unos 70 desaparecidos.

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