Las reprochables irregularidades ocurridas antes, durante y después de las elecciones para elegir al Presidente y Vicepresidente de la República (en este caso inconstitucionales), así como a los 60 diputados de la Asamblea Legislativa, debería ser motivo de explicación por parte del Tribunal Supremo Electoral, aunque todos sabemos que no actuó como órgano independiente, sino como una instancia más al servicio del oficialismo.
Lo anterior no niega, en manera alguna, el reconocimiento de la abrumadora mayoría que votó por Nayib Bukele, tal como lo predecían las encuestas, tampoco se desconoce que, por influencia de Bukele, la Asamblea también sería ganada por el partido de Bukele, sin embargo, estaba claro que no iba a ganar con la misma cantidad de votos que Bukele. De hecho, Nuevas ideas tuvo 500 mil votos menos que el presidente y candidato Bukele. Por esta realidad es que Bukele y su estructura decidió ganar abultadamente a como diera lugar, y el TSE no hizo nada para aparentar transparencia.
Por lo anterior es que diversas organizaciones sociales pidieron, el viernes pasado, al TSE que dieran “explicaciones exhaustivas sobre las irregularidades suscitadas durante el proceso electoral”.
Entre estas explicaciones que piden las organizaciones sociales está el tema de la equidad en la campaña política, amparados en un principio constitucional que señala que “la República de El Salvador, en su artículo 85, indica que el sistema político es pluralista y se expresa por medio de los partidos políticos, por lo que deben existir procesos electorales equitativos, transparentes y participativos”. Los partidos políticos no contaron con la deuda política a tiempo, en el caso del FMLN, según han informado algunos dirigentes, les dieron parte de la deuda política solo tres días antes de las elecciones, mientras que al partido ARENA no le dieron ni un centavo.
Las organizaciones sociales también piden explicaciones de lo ocurrido el 4 de febrero, donde se evidenciaron graves problemas logísticos y de planificación, entre este, y el más grave fue la interrupción de la transmisión de resultados de las elecciones legislativas, lo que provocó la suspensión del escrutinio preliminar.
Y pese a que el TSE contó con más de 70 millones de dólares, tuvo que ordenar el proceso de cierre y conteo de votos de forma manual. Esto lo ordenó en la madrugada del lunes 5. En este sentido, las organizaciones piden al TSE explicar por qué el proceso de escrutinio se prolongó durante casi dos semanas, marcado por grandes irregularidades, entre ellas, nuevamente las fallas en el sistema informático.
A lo anterior se le puede agregar las incongruencias con registros de actas y manipulación de papeletas de votación, el aparecimiento de “papeletas planchadas” y marcadas a plumón y no con la crayola oficial.
Otra de las denuncias, que destacaron observadores independientes como la OEA, fue justamente el control que tomaron los equipos del partido Nuevas Ideas, en vez del TSE. Por cierto, estos grupos del oficialismo actuaron con prepotencia, matonería y amenazaron a todos los de la oposición, así como a los periodistas que, en el cumplimiento de su deber de informar, estuvieron día, noche y madrugada en el lugar del escrutinio, sin que se les permitiera aproximarse a las mesas de escrutinio.
“La falta de independencia y la inexcusable deficiencia del TSE en todas las etapas del proceso. La máxima autoridad en materia electoral, no ha ejercido su función de garante del voto de la ciudadanía, ni de la equidad en la contienda para asegurar el voto libre del electorado”, plantearon las organizaciones.
Pero, de acuerdo con las organizaciones sociales, diversas instituciones, como la Fiscalía, no se han pronunciado por esas anomalías. A esto hay que agregarle el control que tomó la policía del recinto, más para custodiar al personal del oficialismo, que para garantizar un escrutinio apegado a la ley.
De ahí que las organizaciones sociales tienen toda la razón en exigir al TSE y otras instancias del Estado explicar qué pasó antes, durante y después del 4 de febrero, aunque todos tenemos la respuesta de forma clara y precisa.