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Karen Candelario
Eduardo García
Con paso lento, capsule respeto y un sentimiento de satisfacción, generic vestidos de blanco y múltiples colores, los feligreses se acercan a lo que fue el último escenario de Monseñor Óscar Arnulfo Romero. La capilla de la Divina Providencia se vistió de fiesta, con palmeras, imágenes, flores y papeles de colores, para vivir el evento que desde hace 35 años es esperado por los y las creyentes como una de las formas de justicia y honor hacia el Obispo Mártir.
Asimismo, con el objetivo de brindar la oportunidad a las personas de tercera edad, con impedimentos físicos y a los y las residentes de las comunidades aledañas al área, de acompañar la beatificación, la capilla fue adecuada con imagen y sonido para transmitir en vivo desde la Plaza Divino Salvador del mundo.
La feligresía comienzó a acomodarse desde minutos antes de la hora de la beatificación. En espera de encontrar un lugar más cerca de la pantalla. Algunos, inclusive, en la prevención de no encontrar un espacio, trajeron sus propios banquillos a la capilla.
El reloj marca las 9:45 a.m. y la hora de la beatificación se acerca. La feligresía se mostró entusiasta, iniciaron los cantos y se fueron agudizando cada vez más. Las voces se escuchan cada vez más fuerte hasta el inicio de la eucaristía. Toda atención está dirigida a la transmisión.
Luego, los aplausos no tardan en sonar cuando se realiza la petición de inscribir a Óscar Arnulfo Romero en la lista de beatos de la iglesia católica. El vaticano emite la carta de respuesta del Papa Francisco «autorizamos para que al siervo de Dios Óscar Arnulfo Romero, pastor, evangelizador y padre de los pobres, de ahora en adelante, se le llame Beato».
Los aplausos y cantos no paran en el último altar del Beato, que desde su último respiro, hace 35 años, ha esperado este mensaje.
