El vagón de enero

-carlosburgosCarlos Burgos

Fundador

Televisión educativa

Con entusiasmo abordamos el vagón de enero 2015 en un nuevo viaje. Al finalizar diciembre pedimos que se concreten nuestros deseos.

Algunos elaboramos un listado de propósitos. Los jubilados de INPEP y del ISSS deben recordar que cada seis meses tienen que demostrar que todavía existen, see con la firma de sobrevivencia.

Habrá que visualizar el mes de nuestro cumpleaños. No te desanimes si nadie se acuerda de tal fecha. Celébralo en tu pensamiento, sin bullicio ni licor ni saludos de mentiritas. No pienses en que serás un año mayor.

Se enrumba el vagón de enero, tan cerca el diciembre que se fue y tan lejos el diciembre que viene. Los pajaritos cipotiles vuelven a la escuela.

Luego abordamos el vagón de febrero, un mes lunar de 28 días. Mes de los enamorados y de la amistad. Los verdaderos amigos estarán contigo en tus alegrías y dificultades, y los falsos se ausentarán. El trabajo sigue adelante.

Llegamos a marzo algo cansados de la cuesta de enero y febrero. Es mes de elecciones. Habrá que cuidarse de los fanáticos, los recalcitrantes, los corruptos, los que aseguran que tienen la solución mágica que te hará feliz.

Entramos al mes de abril con el  merecido descanso de Semana Santa. Antes se celebraba con fervor religioso, pero hoy, para muchos es vacación bullanguera, de playa, licor y pachanga. Para mi es combinado, ni tan, tan ni muy, muy. Pero cuántos salvadoreños optimistas, pierden la vida bajo las olas del mar o por la imprudencia en carreteras o en manos de los delincuentes. Retornamos al trabajo con energía renovada.

Pronto nos pasamos al vagón de mayo, el mes de las flores, las madres y la Virgen María. Se esperan las lluvias que reverdecen los campos y germina la semilla que provee el pan. Predomina el concepto MADRE: la madre santa que nos dio la  vida y su amor, la madre de Dios que intercede por nosotros y la madre Natura que nos provee alimentos y el medio ambiente. Sigue el himno al trabajo.

Arribamos a junio, mes del padre, el maestro y el árbol. Tres pilares de la vida, el cuarto es la madre. El padre es el eje del hogar, aunque muchos hogares están desintegrados, pero la madre se convierte en padre. El maestro contribuye a la formación de sus alumnos. El árbol es símbolo ecológico de nuestro espacio vital. Al finalizar junio, nos encontramos a la mitad del viaje.

Y subimos al vagón de julio. A mí me alegra porque voy a cumplir un año más de vida, pero algunos amigos me dicen que es un año menos de vida. San Pedro, el de las llaves del cielo, todavía no me lo abre y sigo disfrutando de la dicha de vivir.

De pronto nos encontramos a gusto, digo en agosto, no haremos nuestro agosto, pero disfrutaremos de las vacaciones agostinas. Un remanso para relax y recargar baterías.

Abordamos septiembre. Aquí nos ponemos históricos, patrióticos y escuchamos discursos con lo mismo, además de ver piernas, digo a las cachiporristas meneándose al compás de las marchas.

Todavía con sabor a patria nos pasamos al vagón de octubre, el mes que todo lo  descubre. Sus vientos ya desaparecieron, ya no me arrebatan las piscuchas, pero algunos me dicen que a veces se me va la piscucha y me hacen reír. Antes, en este mes finalizábamos las clases y corríamos a elevar nuestros barriletes.

Pronto brincamos a noviembre. Recordamos con sentimiento y gratitud a nuestros seres queridos y visitamos el camposanto el día de los difuntos. Una tradición de mucho significado.

Por fin llegamos en el vagón de diciembre. Mes especial por dos eventos: el nacimiento del Niño Dios y el fin del año. Se respira alegría, se consume esperanza y se expresan deseos posibles de lograr. Concluimos nuestro viaje, y estamos listos para iniciar el nuevo.

PROSALEGRE, con su alegría más contenta, desea que sus lectores cumplan sus propósitos.

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