Myrna de Escobar
ESCRITORA
Sí supiéramos el futuro de nuestras decisiones no viviríamos un instante, pues en efecto, la vida es todo lo bueno y lo malo que nos sucede. Nada está escrito, excepto que moriremos.
Somos el resultado de un instante de nuestros padres. De una buena, mala, inesperada, o planificada decisión. A partir de ahí nos toca enfrentar retos constantes: La primera vacuna, los primeros pasos, el primer tropiezo, el primer diente, el primer amor, las vicisitudes diarias, etc.
Pero ¿alguna vez pensamos en el valor de un instante? __ ciertamente no, por eso las cárceles están llenas. __decía mi abuela. Un análisis oportuno y objetivo, pensado con la mente, no con el corazón, nos ahorraría problemas en el futuro, pero hay instantes de instantes, claro. Un retraso puede ser la clave de no haber perecido en un accidente o de habernos comprometido con algo o alguien, un mal diagnóstico puede terminar con la vida de un paciente y demás ejemplos podríamos citar.
Un instante puede definir nuestra vida, a largo, corto, o mediano plazo, como los votos de una pareja ante el altar, las promesas incumplidas, el abandono de los padres al emigrar, o el adiós de la pareja ante un embarazo no deseado llevar a su contraparte al aborto.
En un instante se va la leche al hervir, nos deja el bus, se marca un gol, se pierde un empleo, recibimos un ascenso, se incendian las sábanas, la vida se nos va.
El ritmo eclosionado de las aves nos devela una nueva criatura, la crisálida hermosa nos traerá las nuevas mariposas. Todo puede pasar en fracción de segundos, y no es hasta cuando algo sucede que se revela nuestro verdadero yo, mientras tanto, nos desconocemos.
El poder de un instante no es definitivo, pero sí marca el valor dado a nuestra palabra y a nuestro actuar. Es tan valioso como si estaremos ahí cuando alguien nos necesite, dando lo mucho o poco que aguarde nuestro corazón.
En un instante el poeta desata el encanto de las palabras con su ánimo introspectivo de los hechos. En un momento así, nació esta reflexión. En un instante el rumbo de las cosas cambia, nos es solo cuestión de Just do It como dice el lema creado por Gary Gilmore, un temible asesino confeso estadounidense, o como reza el versículo bíblico: Todo lo podemos hacer, pero no todo nos conviene.
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