Por Kelly Velásquez
Ciudad del Vaticano/AFP
El papa Francisco vuelve por segunda vez a América Latina para visitar Ecuador, Bolivia y Paraguay, un viaje marcado por el espíritu ‘multiétnico y multicultural’ de esos países, con variedad de poblaciones indígenas, afroamericanas y de lenguas.
«Para preparar el viaje hemos tenido en cuenta la variedad y la riqueza de las diferentes etnias y poblaciones de esos países: los grupos indígenas, la realidad mestiza y los idiomas locales, como quechua, aimara, guaraní», confesó este martes el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, tras ilustrar a la prensa sus principales etapas del 5 al 13 de julio.
«Será un viaje intenso», admitió el jesuita, que como el papa argentino, es particularmente sensible a la historia del continente americano y a sus conflictos pasados y recientes como el de Chile con Bolivia por una salida al mar, que el papa argentino no abordará para evitar polémicas.
«El papa quiso ir a los países menos grandes e importantes. Ese fue su criterio», recalcó Lombardi.
Después del viaje a Brasil en 2013 poco después de su elección como pontífice para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud, Francisco ha visitado regiones y países que se caracterizan por ser los más pobres y olvidados.
Así fue con la isla de Lampedusa, emblema del drama de la inmigración ilegal en Italia y con Albania, una de las naciones más pobres de Europa.
Ecuador, Bolivia y Paraguay
En los tres países el pontífice argentino permanecerá 48 horas, las cuales repartirá en dos etapas y que incluyen Quito y Guayaquil para Ecuador, La Paz y Santa Cruz para Bolivia y Asunción y Caacupé para Paraguay.
En todas se espera la asistencia de entre un millón a dos millones de personas a las misas que oficiará y pronunciará en total 22 discursos y homilías, tras haber tomado siete aviones.
El vocero del papa recalcó que se trata de un viaje «seguro», tanto desde el punto de vista médico como físico, ya que no se teme por su integridad debido a la admiración que suscita en su región de nacimiento.
Para evitar problemas debido a la altura, ya que le extirparon un pulmón durante su juventud, el papa, de 78 años, podría masticar hojas de coca en Bolivia, una ancestral costumbre indígena, defendida desde hace décadas por el presidente Evo Morales.
«El Papa actuará como crea oportuno», tranzó Lombardi.
Según la página internet Vatican Insider, también Juan Pablo II, durante su viaje a Bolivia en 1988, bebió la infusión de hojas de coca que le ofrecieron para mitigar los efectos de la altitud.
En los tres países usará un papamóvil abierto, un todo terreno, preparado localmente y para recorridos más rápidos empleará un automóvil ordinario, no será blindado, según precisó Lombardi.
Algunas etapas serán particularmente difíciles, como la llegada el 8 de julio al aeropuerto de El Alto, a más de 4.000 metros de altitud.
«Se programaron etapas breves y se evitó que pernocte la noche en ciudades con mucha altitud», contó Lombardi.
Dictadura, movimientos de base y homosexuales
En Ecuador ofrecerá dos misas campales, entre ellas una en Quito con representantes de las poblaciones indígenas del Amazonas, acompañada por cantos, lecturas en quechua y ritmos musicales como el que acompañó el cadáver de Atahualpa, considerado el último gobernante del imperio Inca.
En Bolivia, Francisco rendirá homenaje al jesuita español Luis Espinal, víctima de la represión que precedió el golpe militar de 1980, un gesto para pedir que no se olvide el reciente y atroz pasado negro.
Periodista y cineasta, defensor de los derechos humanos, Espinal fue torturado y asesinado por paramilitares de derecha no muy lejos del aeropuerto de El Alto, donde el papa se recogerá a orar.
También en Bolivia participará en Santa Cruz en el II Encuentro Mundial de Movimientos Populares, con desalojados, desempleados, recicladores, campesinos sin tierras y movimientos de base y visitará la cárcel de Palmasola con sus casi 3.000 presos.
«El papa los apoya en la construcción de una nueva sociedad desde abajo», comentó Lombardi.
En Paraguay, visitará el Bañado Norte, una zona pobre de Asunción y escuchará las quejas entre otros de la comunidad homosexual en el «Encuentro con los constructores de la sociedad», el último acto antes de regresar a Roma y al Vaticano tras nueve días de viaje.
En septiembre de nuevo emprenderá otro viaje, esta vez a Cuba y Estados Unidos, del 19 al 28 de septiembre, como mensajero de reconciliación tras más de medio siglo de antagonismo entre esos dos países.
Debe estar conectado para enviar un comentario.