Marlon Chicas
El Tecleño Memorioso
¿Quién no ha sido pasajero de su imaginación?, transportándose a bellos teatros de la edad media, escuchando hermosas sinfonías de magnos exponentes de la música clásica, como Schubert, Vivaldi, Bach, Beethoven entre otros.
Esa hermosa experiencia imaginaria, despertó en un suscrito, evocar a personalidades destacadas en dicho género musical en Santa Tecla, que con el correr del tiempo, difunden el gusto por la melodía refinada, entre estos el maestro Maximiliano Hernán Martínez, primer violín de la Orquesta Sinfónica Nacional hasta 2008, discípulo de ilustres intérpretes, como el recordado músico tecleño Rafael Orellana (+).
Maximiliano Hernán Martínez Zacatares, nace un 16 de enero de 1950 en Santa Tecla, hijo de don Carlos Ernesto Martínez (+), y doña Segunda Zacatares (+), su formación académica la realizó en el Centro Escolar José Martí de la Colonia Las Delicias, en el extinto Colegio Católico San José y en el Instituto Nacional José Damián Villacorta, de esta localidad.
Su nombre, evoca en alguna forma al expresidente de la república de ese tiempo; debido a la admiración que su padre manifestó por el exmandatario en mención. Su formación musical dio inició a los siete años con el maestro Orellana, quien lo instruyó en solfeo, teoría y armonía, años más tarde, el novel músico se incorporará al Conservatorio Nacional.
Su pasión por la música clásica nace del consejo de su progenitor, quien lo indujo a escuchar este género, así como a la práctica de un instrumento sonoro, es en esta etapa, que su maestro, le convence de ejecutar el violín, ya que este es prioritario en toda orquesta sinfónica.
A los once años fue invitado por Orellana, para acompañarle con su violín en ceremonias religiosas en las parroquias de la ciudad; durante los meses de mayo y junio, dedicados a la Santísima Virgen María y al Sagrado Corazón de Jesús. Entre sus anécdotas memorables, esta la invitación del exentrenador “El Choco Rivas” en el acto de elección de reinas del deporte, en el extinto Teatro Olimpia, en la que se dio a conocer, permitiéndole con ello, interactuar con otros músicos de la talla del guitarrista tecleño Francisco Torruella; así mismo, formó parte del grupo del señor Castro Liebes.
Otra de sus inolvidables remembranzas fue en la barbería de su padre, en dónde actuó para los clientes que acudían a cortarse el cabello, tocando alguna melodía para estos, obteniendo el reconocimiento de los susodichos. Fue el maestro Zaldivar, miembro de la Sinfónica Nacional, quien lo descubre, recomendándolo con el virtuoso del violín Abraham Soto Domínguez, otros de sus formadores fueron los eximios maestros Gilberto Orellana y Abel Ayala Bonilla.
Su ingresó a esta prestigiosa institución musical, fue a los diecisiete años en 1967, durante su estancia en ella, es contratado por la Universidad de Guanajuato para participar en su Orquesta Sinfónica, además se especializó en las prestigiosas universidades de Santiago de Compostela, España y Boston, Estados Unidos; participó activamente con el maestro Bertoldo Brett en su célebre agrupación “Violines Cuerdas de Plata”.
En la actualidad dirige su propia Orquesta de Cámara de El Salvador, en compañía de sus hijos Max Ernesto, primer violín de la Sinfónica Nacional y Byron Martínez, así como de otro selecto grupo de profesionales en la materia
¡Música Maestro!
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