Este próximo 8 de septiembre se celebrará el Día Internacional de la Alfabetización; este día se celebrará en todo el mundo, con el objetivo fundamental de determinar qué competencias en lectoescritura necesitan las personas en sociedades cada vez más digitalizadas, y de examinar las políticas y los programas de alfabetización eficaces, que permiten sacar provecho de las oportunidades que brinda la era digital.
En El Salvador cada año se organiza un evento alusivo a esta fecha, ocasión que se debe aprovechar para destacar el rol de personas alfabetizadoras voluntarias, ya que muchas personas deciden asumir esta responsabilidad en sus comunidades, y lo hacen atendiendo el llamado del equipo de promoción del Programa Nacional de Alfabetización, y su contribución es digna de reconocimiento y de felicitación.
Cuando se asume voluntariamente la acción de alfabetizar, se genera un sentimiento de pertenencia y de satisfacción, sobre todo si se logran los resultados esperados en el tiempo previsto; pero se vuelve un reto muy fuerte cuando la persona asociada al círculo de alfabetización presenta dificultades para aprender, suele pasar en los casos de “analfabetismo puro” como personas con alguna discapacidad; precisamente, ¿cuáles son las características de las personas en condición de analfabetismo? ¿Cómo aprenden las personas jóvenes y adultas?, constituyen preguntas clave, que al responderlas generan insumos valiosos para una atención efectiva en el proceso de alfabetización.
Otro de los aspectos que contribuye significativamente a los logros en los aprendizajes y que está al alcance de las personas que colaboran es la actitud positiva y entusiasta, tanto de quien alfabetiza como de quienes visitan los círculos o incluso cuando se visita en su domicilio a cada persona asociada, mostrar interés en el poco o mucho avance de las personas que son alfabetizadas, manteniendo altas expectativas de sus logros durante y al final de su proceso de aprendizaje, indudablemente hace la diferencia entre alfabetizar por obligación y alfabetizar voluntariamente, más con el convencimiento propio que se hace por amor al prójimo.
En definitiva que la alfabetización siendo un derecho humano fundamental, le cambia la vida a quien aprende a leer y escribir; pero, sobre todo hace mejor persona a quien ayuda a que mujeres y hombres en condición de analfabetismo realmente aprendan, siempre creyendo en la capacidad de los demás y tomando en cuenta la diversidad de maneras y ritmos de aprender.
En el marco de esta celebración, CIDEP reafirma su compromiso en este tema, con la convicción plena que vale la pena continuar trabajando por el derecho a la educación, erradicando el analfabetismo, trabajando activamente para lograr las declaratorias de los territorios libres de analfabetismo en cada municipio de El Salvador.