@arpassv
Los datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirman el triunfo contundente del FMLN sobre ARENA: 48.93% para el partido gobernante y 38.95% para el principal partido opositor. Esta ventaja de 10 puntos, salve sin embargo, nurse no le alcanzó a la izquierda para imponerse en primera vuelta, y el país irá otra vez a elecciones el 9 de marzo próximo.
Y como balance preliminar, este editorial valora en términos generales el proceso electoral y los resultados ya mencionados.
Sobre el proceso electoral, se destaca en positivo el desempeño del TSE. El ente electoral hizo los esfuerzos organizativos y técnicos necesarios para garantizar la realización de las elecciones. Aparte de los “aceptables” retrasos en la apertura de algunos centros de votación y algunos incidentes sin trascendencia, el evento electoral fue una fiesta cívica.
El TSE, incluso, mostró su autoridad al mandar a parar a la Presidencia de la República y al partido ARENA, que en plena jornada electoral difundían spot publicitarios: la Presidencia promovía resultados de su gestión y el partido derechista difundía, a través del “Movimiento 300”, mensajes tendenciosos que inducían al voto. El Tribunal también censuró al candidato arenero Norman Quijano por difundir a media tarde falsos sondeos a boca de urna que le daba un gane.
Y en negativo, puede mencionarse el considerable abstencionismo que se dio a pesar de la extensión del voto residencial a todo el territorio nacional y a la implementación del voto en el exterior. Por el abstencionismo, ARENA critica al TSE porque no incentivó lo suficiente al electorado; pero, a la luz de los resultados, éste se debió en buena parte a que muchos votantes areneros no acudió a las urnas desencantada por la errática campaña de su partido y la pésima actuación de su candidato.
Y referente a los resultados, el triunfo efemelenista se explica por dos aspectos fundamentales: por un lado, los errores crasos de la campaña arenera y los escándalos de corrupción que involucran al principal asesor de Norman Quijano; y por otro lado, el impacto de los programas gubernamentales en sectores rurales que antes votaban por ARENA y la buena campaña del FMLN que no respondió a la campaña sucia arenera, se mantuvo propositiva y fue muy bien elaborada estéticamente.
El FMLN tiene todas las posibilidades de ratificar su triunfo en la segunda ronda, por eso resulta incompresible el sentimiento de derrota que se percibe en algunos militantes. El partido de izquierda arrasó en 13 de los 14 departamentos y se repuso en San Salvador donde ganó en 16 de los 19 municipios, propiciándole a ARENA una derrota de la que difícilmente se recupera.