Washington/Prensa Latina
Las elecciones del pasado 3 de noviembre profundizaron la polarización existente en la sociedad de Estados Unidos, apuntó este viernes una encuesta publicada por Pew Research Center.
Solo un 21 por ciento de los votantes favorables al presidente Donald Trump creen que los comicios fueron supervisados correctamente; mientras, y como cabía esperar, un 94 por ciento de los electores del demócrata Joe Biden aceptaron el desarrollo del recuento.
Además, la confianza es mayor en el conteo de votos en persona que en los emitidos por correo, una modalidad vilipendiada durante meses por Trump.
Aproximadamente ocho de cada 10 votantes (82 por ciento) confiaron en que las papeletas emitidas en persona se contaron como se esperaba, mientras que solo alrededor de seis de diez (59 por ciento) se declaraban igual de seguros sobre los votos emitidos por correo.
En términos generales, un 59 por ciento de los casi 11 mil estadounidenses consultados consideraron que los comicios se desarrollaron dentro de la normalidad, de acuerdo con el sondeo.
Pero la iniciativa de Trump para revocar los resultados cala con fuerza en su electorado: un 85 por ciento de sus partidarios considera que el presidente saliente debería continuar con su ofensiva legal, por solo un cuatro por ciento de votantes de Biden a favor de esta opción.
Los encontronazos entre los simpatizantes de Biden y Trump no terminan con las elecciones, sino que se extienden a las respectivas posiciones sobre cómo responder a la pandemia de coronavirus.
Así, un 66 por ciento de votantes de Biden se muestran a favor de endurecer las restricciones; solo un 16 por ciento de personas que han votado por Trump favorecen nuevas medidas.
De hecho, un 44 por ciento de ellos piden más relajación en las normas de conducta contra la propagación de la enfermedad.
En términos generales, Biden continúa generando más confianza entre los estadounidenses a la hora de gestionar la crisis del coronavirus.
Por último, y con vistas al futuro, votantes de ambos partidos se declararon muy pesimistas ante la posibilidad de una transición fluida entre administraciones.
Casi tres cuartas partes de los votantes (73 por ciento) se mostraron ‘poco o nada’ seguros de un traspaso de poderes sin problemas.