Por Karim Talbi y Olexandre Savochenko
Kiev/AFP
La Comisión Electoral ucraniana instó este sábado al gobierno a actuar con rapidez para retomar el control del este prorruso, a una semana de unas presidenciales cruciales para el futuro del país pero en las que dos millones de electores podrían verse privados de voto.
Moscú cuestiona la legitimidad de estas elecciones, previstas el 25 de mayo, máxime cuando continúan los combates entre nacionalistas y prorrusos en el este del país.
«¿Pueden unas elecciones celebradas en medio del fragor de las armas cumplir con las normas democráticas del proceso electoral?», declaró este sábado el ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Tras lanzar una operación militar el 13 de abril para retomar el control de las regiones de Donetsk y Lugansk, en manos de los separatistas prorrusos, el gobierno prooccidental de Kiev intenta desde hace poco retomar el diálogo con los ciudadanos del este de Ucrania.
Los principales ministros del gobierno, dos ex presidentes ucranianos, parlamentarios y líderes religiosos se reunirán de nuevo el sábado en Jarkov, importante ciudad del este, para realizar una segunda mesa redonda, después de la fracasada reunión del miércoles en Kiev.
Sin embargo, al igual que en la capital, los separatistas prorrusos no estarán representados. Las personalidades políticas que apuestan por una colaboración estrecha con Moscú sí estarán presentes, pero su influencia no llega ni a Donetsk ni a Lugansk, donde se les considera «traidores».
Durante la crisis ucraniana, Washington y Bruselas han adoptado sanciones diplomáticas y económicas contra compañías y personalidades rusas.
«Rusia tendrá que enfrentar importantes sanciones adicionales si mantiene su actitud provocadora y desestabilizadora», advirtieron el viernes el presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo francés, François Hollande, en un comunicado.
Amenaza contra comisiones electorales
A una semana de la elección presidencial, la Comisión Electoral advirtió en un comunicado que era incapaz de organizar la votación en numerosas partes de las regiones de Donetsk y Lugansk, que el pasado 13 de mayo declararon su «soberanía» después de la celebración de referendos de independencia.
La comisión señala que en varias delegaciones locales sus miembros reciben «amenazas y presiones físicas» e insta al presidente interino de Ucrania, Olexander Turchinov, a «garantizar la seguridad» ante «el rechazo o la ausencia de reacción» de los cuerpos de seguridad.
Según un recuento de la AFP a partir de cifras oficiales, al menos dos millones de electores de los 36 millones con derecho a voto en Ucrania podrían verse privados de voto.
Un sondeo reciente indica que únicamente un tercio de los electores del este están dispuestos a votar.
Naciones Unidas presentó el viernes un preocupante escenario de «deterioro» de la situación de los derechos humanos en el este, donde se producen casos de torturas, asesinatos, secuestros e intimidaciones contra políticos locales y periodistas.
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, instó a las personas con influencia sobre los prorrusos, en alusión a Rusia, «a hacer todo lo posible para frenar a estos hombres».
Según la ONU, 127 personas en total murieron en enfrentamientos entre separatistas y el ejército, que intenta en vano retomar el control de estas regiones, donde viven unos siete millones de habitantes.
Rusia reaccionó inmediatamente y acusó a los autores del informe de realizar un «encargo político para ‘blanquear’ a las autoproclamadas autoridades de Kiev».
Por el momento, Kiev fracasó en su operación militar contra los separatistas rusos, quienes tomaron el viernes el control del cuartel general de la Guardia Nacional, las fuerzas especiales del ministerio del Interior, en Donetsk.