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Eliminemos la verdadera violencia capitalista

César Ramírez
@caralvasalvador

Después del 13 de julio de 2016, la derogación de la Ley de Amnistía tiene un resultado incierto, ahora la realidad se verificará en las denuncias ciudadanas, la acción de la Fiscalía, las iniciativas legislativas, etc. porque el Gobierno de la República ya se pronunció al respecto.

Como hemos señalado en artículos previos, la Sala Constitucional de la CSJ excede con sus interpretaciones los lineamientos de la Carta Magna, en conjunto parece una “refundación” de la República imaginada en el pasado pero ejecutada jurídicamente en el presente, ¿es justificable perjudicar la gobernabilidad?  La Amnistía fue el “resultado”  “no el objeto” cuestionado por la Memoria-Olvido de la justicia, la Amnistía es el producto de una guerra civil, con miles de fallecidos, desaparecidos, secuestrados, masacrados etc., que no pueden limitarse a una fecha, aunque el instrumento inconstitucional lo reclame, es preciso pedir justicia para todos, al final “teóricamente” somos iguales ante la ley. El objeto demandado por la sociedad es la paz, la democracia, la justicia económica, la participación ciudadana… etc.

Acá no se trata de condenar o exculpar, se trata de la nación. El binomio olvido-memoria es un acto político, si recurrimos a esa fórmula también no olvidemos 1932, pero de ese etnocidio, la justicia, la iglesia, el ejército etc., se niegan a hablar… pero ahora se abre la posibilidad de reconstruir enemigos y amigos, de las armas, el exilio, la muerte, la indiferencia ante la injusticia; el momento es una reconstrucción ofensiva y defensiva, puesto que el olvido-memoria se convierte en un retroceso al pasado, es una amenaza a la democracia, es una lectura conocida, que no incluye a los actuales delincuentes, las organizaciones armadas irregulares, en síntesis los terroristas, parece que ya no existen… solo existen los antiguos actores de una vieja guerra civil; este hecho es ¿un accidente político?.

Si la acción en los juzgados es crucial, si las demandas contra unos y otros son ejecutadas, espero que la justicia no se limite a una Amnistía particular, ¿con qué derecho se fija un límite? Si el conflicto generó setenta mil muertos y más de un millón de refugiados que también padecieron en naciones extranjeras y no pocos desaparecieron. La “Nueva Legalidad” proclamada por la Amnistía de 1993 ha muerto, otra lectura toma su lugar, es similar a crear por decreto “héroes y villanos”, cuando esos esquemas se confunden veintitrés años después, resulta que el peor cabecilla es ahora hermano del enemigo y el héroe de antaño tiene antecedentes terroristas, pero ambos se transforman por un teatro macabro, parece una novela de ciencia ficción.  Nuestra justicia no existió durante el conflicto, la justicia en el tiempo se transformó en injusticia, así como los amigos en enemigos unidos por memoria de la violencia y la sangre, ahora parece que no fue suficiente, aún existen seres con ansias de beber sangre de inocentes.  Quizás necesitamos eliminar definitivamente la violencia, esa violencia del modelo económico pro oligárquico que vivimos y produce millones de muertos de hambre (y sed de justicia si lo desean), que no tienen amnistía, quizás es necesario fundar otra República con otra constitución, y una nueva legalidad.

  www.cesarramirezcaralva.com

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