La embajadora de los Estados Unidos en El Salvador Jean Manes dijo “estar preocupada” por la posible inversión de China Continental en el desarrollo económico de la zona industrial, sobre todo en La Unión.
La embajadora Manes no solo hizo la advertencia del interés de China en invertir en El Salvador, sino, además, de forma inapropiada, creemos, denunció que el propósito del gigante asiático era instalar una base militar en La Unión.
Además, acusó al gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén de poco transparente por la forma en que lleva las negociaciones con los chinos.
Las declaraciones de la señora embajadora de los Estados Unidos nos parecen intervencionistas e irrespetan la soberanía nacional.
El gobierno del Presidente Sánchez Cerén tiene toda la potestad de hacer negociaciones con gobiernos o empresarios de cualquier país del mundo, y no debe ser Estados Unidos quien le diga a este pueblo con quien sí o con quien no.
Es cierto que Estados Unidos es el principal socio comercial de El Salvador, y también es cierto que Estados Unidos es el país en el que gran parte de los salvadoreños quisieran vivir, pero eso no le da derecho a Estados Unidos a decidir por nosotros.
El Salvador debe agradecer a Estados Unidos los $230 millones que a través del FOMILENIO II donará a El Salvador, lo cual contribuirá mucho al desarrollo de una parte de la zona costera, pero los costos para El Salvador son altos.
Estados Unidos ha obligado al gobierno de Sánchez Cerén a crear asocios público privados, que tanto preocupan a algunos sectores de la sociedad, entre otras medidas que a la postre serán negativas para la población.
Tenemos entendido que los chinos continentales tienen proyectado invertir dos mil millones de dólares en la zona oriental, lo que implicaría que los fondos del FOMILENIO II serían insignificantes si se comparan los montos, pero, por supuesto no se trata de esto, nada más solo para comparar las inversiones, y evaluar la conveniencia o no.
Espero que el gobierno del Presidente Sánchez Cerén no sucumba ante las presiones de la embajadora Manes, y si en efecto hay posibilidades que otros grupos empresariales públicos o privados de otras regiones del mundo puedan invertir en el país, que lo hagan, pues, si de algo se quejan los de la ANEP, y toda la derecha en el país, es por la falta de inversiones.