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Por: Iván Escobar
La pandemia de Covid-19 en el año 2020 cambió la vida de las personas, las dinámicas de relación, y el comportamiento frente a las tragedias. Estamos a las puertas de la temporada de navidad y fin de año, y donde el emprendimiento de muchas personas se pone a disposición, como una forma de subsistencia y expresión de creatividad.
Los últimos tiempos han enseñado a las personas a conocerse más de la vida, disfrutar de sus entornos, así mismo las dinámicas de trabajo dieron un giro total. Un ejemplo de ello, es el emprendimiento, que pasó de ser una actividad de trabajo propio, en el que solo se buscaba comercializar un determinado producto o dar a conocer una habilidad, hasta llegar a convertirse hoy en un modo de vida y fuente de subsistencia.
Hombre y mujeres dan a conocer sus diversas habilidades, lo cual sin duda es un arte en el trabajo que desempeñan. Es así que encontramos en algunos centros comerciales de la capital o parques y plazas profesionales en diversas ramas, como emprendedores que ofrecen no solo sus productos, sino toda una gama de expresión artística como fuente de ingreso para sus hogares y sus familias.
La falta de un empleo formal a partir de la pandemia mundial y otras situaciones económicas llevó a muchas personas a impulsar proyectos propios. Unos han fracasado en el intento, otros han logrado una estabilidad y siguieron sus rutinas laborales en una empresa o institución, pero la gran mayoría de emprendedores maniobran para hacer de la crisis, una oportunidad de vida, aportando con ello a la economía local.
Es así, que tenemos emprendedores en rubros de alimentos o golosinas, artesanías decorativas, vestimenta, bisutería o joyería, entre otros. Es un andar que no ha sido fácil, aseguran muchos emprendedores, como Flor de María Orantes, propietaria del emprendimiento “Ilusión de Chocolate”.
Ella es docente de parvularia y ante la falta de un empleo allá por 2016, a modo de “conocer algo nuevo, y aprender algo más, fue como llegué a un taller de elaboración de figuras de chocolate, y pues ahora de esto trabajo” comenta.
La pandemia señala que puso a prueba su emprendimiento, “pero gracias a Dios, en 2019 habíamos comenzado con la línea de galletas, y como se normalizó el tema de las entregas a domicilio, pues aprovechamos para ofrecer nuestros productos a nuestros clientes a través de redes sociales, consiguiendo más clientela y aprendiendo nuevos métodos de trabajo”.
““Un dulce Detalle”, es nuestro slogan. Es un esfuerzo familiar, en el cual participamos todos”, agrega su hija Marcela Escobar, quien es la responsable de las galletas y sus diseños, que actualiza de acuerdo a cada temporada. “Ahora tenemos galletas alusivas al mundial, así como las de temporada de navidad”, comenta la joven estudiante de diseño gráfico.
Así como Flor de María, está el emprendimiento NEVARI, en el cual Erick Salvador Hernández, ofrece una variada y amplia gama de creatividad en sus piezas elaboradas a partir de alambre con piedras de todo tipo, como obsidianas, cuarzos, y otras. Sus piezas son verdaderas obras de arte, como el “Jaguar” que elaboró a partir de alambre, decorado con distintas piedras, y rodeado de un árbol de fuego siempre con la técnica propia de NEVARI.
El trabajo que está a la venta, dice que participó en un concurso nacional, y ahora lo pone a disposición de sus clientes, el mismo guarda un significado importante en la cosmovisión indígena de nuestra región, y Erick ha sabido darle el toque místico y creativo a la pieza, digna de admiración, sin duda.
Este tipo de emprendimientos por ahora, pueden conocerse y apoyarlos en algunos centros comerciales de la capital que abren sus puertas al emprendedor local, para ofrecer en esta temporada sus diversos productos. Si usted quiere apoyar a estos emprendedores y más, visíteles y sobre todo adquiera sus productos, con ello estimula esa creatividad y trabajo constante, también puede seguirlos por redes sociales, y así contribuir al fortalecimiento de estos esfuerzos.
