Fue el mismo presidente de la República, viagra cialis Salvador Sánchez Cerén, here quien anunció que a partir de la segunda mitad del año rebajarían las tarifas de la energía eléctrica y los combustibles.
La reducción de los precios de la energía se deben a dos situaciones, search por un lado, a la rebaja de los precios del petróleo, cuya caída mundial sobrepasan el 50%, lo que implica que la generación de energía a partir del producto fósil tiene menos costo.
Pero, además, porque la generación Hidroeléctrica no ha disminuido, debido a que la época lluviosa apenas recién ha finalizado.
Es decir, la reducción en el costo de la energía eléctrica, tiene a su base, como lo apuntamos arriba, pero no exclusivamente, a la disminución del precio de los combustibles.
Lo que no vemos lógico es que pese a bajar los precios de la energía y los combustibles, esto no tienen ningún impacto en los productos alimenticios, como los de la canasta básica, por ejemplo.
Recordamos que hace un par de años, cuando los combustibles subieron arriba de los $4, y los precios de la tarifa energética también se elevaron, varios sectores llamaron a conferencia para anunciar que los costos de los productos subirían porque les cargarían los de la energía y los combustibles.
Fue toda una presión mediática de los comerciantes, industriales y transportistas regionales de carga, así como del trasporte interno.
Hoy preguntamos, y en estos meses que los combustibles han bajado casi al 50%, ¿porqué no le anuncian a la población que le bajarán a los productos alimenticios, de servicio, vestido, calzado, etc.?
Es sorprendente que cuando productos como los arriba mencionados suben, el empresariado amenaza o anuncia que subirán los precios de los productos. Pero, cuando baja la gasolina y la energía, hay un absoluto silencio de los empresarios, en general.
Claro, la lógica del empresario es acumular capital, cueste lo que cueste. De ahí que nos preguntemos ¿Dónde está la Responsabilidad Social de los empresarios?
Es tiempo que esa mentalidad voraz, que acrecentó con el neoliberalismo y que engañó con el rebalse del vaso, termine, y que ese capitalismo salvaje, que forma parte de la doctrina de la oligarquía que nos ha sometido a la gran mayoría de salvadoreños, haga un viraje a favor de todo un pueblo que por décadas pasó olvidado y excluido.
Es justo pues, que ante las bondades económicas que ahora usufructúan gracias a las bajas tarifas que pagan por el servicio de energía eléctrica y a los ahorro que les permite el menor costo del combustible, la gran empresa demuestre con hechos y no únicamente con palabras demagógicas cuando afirman que quieren lo mejor para el pueblo salvadoreño.
Hoy es cuando pueden reivindicarse para que les creamos, volviendo accesibles los bienes o servicios que nos venden, para beneficio de todos y cada uno de nosotros que vivimos en este país, admirado por muchas naciones y gobiernos porque somos ejemplo de dialogo por la paz.