Washington / AFP
Líderes de 145 importantes corporaciones de Estados Unidos solicitaron la aprobación de una regulación más estricta sobre las armas de fuego, en una carta dirigida a los líderes del Senado estadounidense.
Los jefes de empresas estadounidenses -o con «fuertes intereses comerciales» en Estados Unidos-, denuncian en la carta, enviada el miércoles, una «crisis de salud pública que demanda acciones urgentes».
«No hacer nada sobre la crisis por la violencia de las armas en Estados Unidos, simplemente es inaceptable, y es hora de ponerse de pie al lado del pueblo estadounidense en la seguridad de las armas», escribieron, tomando una posición pública tras la ola de tiroteos que ocurrieron el mes pasado en Texas y Ohio.
La carta fue firmada por los jefes de negocios incluido de Levi Strauss, Uber, Twitter, Bloomberg y Airbnb.
Sin embargo, entre los firmantes no estaban algunos grandes grupos financieros y compañías tecnológicas como JPMorgan, Google y Facebook.
El líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, ha dicho que solo impulsará una iniciativa de ley sobre armas si es respaldada por la presidencia de Donald Trump.
Los jefes de las empresas hicieron notar que 100 estadounidenses son asesinados diariamente por disparos de armas, y se refirieron a esa situación como una «crisis de salud pública que demanda acciones urgentes».
Argumentaron que la violencia causada por las armas se puede prevenir y «hay pasos que el Congreso puede, y debe tomar, para prevenir y reducir la violencia por armas».
Los líderes empresariales reclaman la aprobación de dos medidas al Congreso: una que introduzca la verificación de antecedentes de los compradores para «todas las ventas de armas», y otra que permita a las autoridades confiscar las armas a personas consideradas peligrosas para su entorno (llamadas «red flag laws»)
«Es por eso que exigimos al Senado pararse al lado del público estadounidense y actuar sobre la seguridad de las armas», indicaron en la carta publicada por varios medios estadounidenses cuando el Congreso, que retomó sesiones esta semana, se halla bajo mucha presión para enfrentar este tema.
El debate por el control de armas se reavivó después de la masacre de 22 personas en una tienda Walmart en El Paso, Texas, el 3 de agosto pasado, un día después de que otras nueve fueran asesinadas a tiros en Dayton, Ohio.
El mes concluyó con otro tiroteo en Odessa, Texas, que dejó otras siete personas fallecidas.