Lagos / AFP
Sophie BBouillon con las oficinas de AFP en Africa
En los hospitales faltan camas y respiradores, los médicos son pocos y reciben salarios ínfimos y servicios como el agua corriente son un lujo. El coronavirus llegó a decenas de países africanos y las previsiones de los expertos son funestas.
África contaba oficialmente el lunes por la noche más de 1.600 casos y medio centenar de muertos. Las cifras son bajas respecto al balance mundial de la pandemia pero la progresión del virus es rápida, los tests insuficientes y los servicios de gestión de la crisis se anuncian mal o en absoluto preparados.
La Organización mundial de salud (OMS) exhortó la semana pasada a los gobiernos de África subsahariana a «despertarse» y prepararse para «el peor» de los escenarios.
«Ningún país del mundo está realmente preparado para ello, ni siquiera aquellos con un sistema de salud operativo» explica el doctor Yusuf Tanko Sununu, que dirige el comité parlamentario para la salud en Nigeria. «Y en los países pobres, los hospitales ya se enfrentan a graves problemas».
En Nigeria, país más poblado de África con 190 millones de habitantes, el virus pasó de dos casos registrados a más de 35 en una semana.
El ministro de Salud, Osagie Ehanire, dijo que se cuenta 350 unidades de urgencias, pero no pudo dar cifras sobre los respiradores.
Ello inquieta a la Asociación de médicos de Nigeria (NMA). Hay «un único centro de aislamiento en Lagos y tiene una capacidad de 50 camas solamente» se lamenta su presidente, Francis Faduyile.
«Entre 70 a 80% de nuestras instituciones carece de agua corriente o suficientemente limpia para lavarse las manos», añadió
«No tenemos mascarillas FPP2, o al menos no sabemos cuántas tenemos» explica a la AFP. Tampoco «sabemos cuantos respiradores tenemos en el país, pero si que son insuficientes».
Nigeria cuenta con 42.000 médicos generalistas registrados en 2019, según la NMA. Esa cifra da una media de médico por habitante cinco veces inferior a la de las naciones desarrolladas.
– «Tengo miedo» –
Aunque en todos los países africanos los discursos oficiales son tranquilizadores, las cifras sobre material y personal médicos son ambiguos y la situación es muy sombría.
Un alto responsable del ministerio de Salud de Kenia dijo a la AFP, requiriendo el anonimato, que «en las 47 provincias del país, solamente 25 hospitales están equipados con unidades de urgencia, y la mayoría no son operativas».
Camerún, que registraba oficialmente el lunes unos 60 casos de covid-19, «no tiene ninguna capacidad para gestionar casos graves» dice un responsable de una ONG internacional basada en este país de África central. «Si se propaga la epidemia, esto va a ser muy grave».
Camerún ya se ha enfrentado epidemias –cólera, sarampión, fiebres hemorrágicas-, como otros países africanos. Esos brotes se han centrado generalmente en las regiones más remotas o en los campamentos de desplazados por los conflictos.
Camerún, como Somalia, República centroafricana o Chad, cuenta menos de un médico por cada 10.000 habitantes, y todos ellos presentan ya casos de covid-19.
A ello se añaden las crisis económicas, de profundas raíces, que afectan a varios países africanos
Tal es el caso de Zimbabue. «La pandemia se produce cuando el sistema de salud de Zimbabue está en su nivel más bajo» constata Norman Matara, de la Asociación de médicos de Zimbabue (ZDHR), país azotado desde hace 20 años por la crisis económica, una hiperinflación, y penurias de carburantes, medicamentos y alimentos. En Zimbabue se han registrado dos casos hasta ahora.
«Tengo miedo» dice Nkululeko Sibanda, portavoz del principal partido de oposición, el Movimiento para el cambio democrático (MDC).
«Las filas de espera en las gasolineras, en las paradas de autobús (…) van a convertirse en lugares muy peligrosos». Si el coronavirus llega a esos lugares, «vamos a caer como moscas», dice.