Intimissimun
EN AÑO DEL BICENTENARIO POPULAR
Caralvá
Extraño evento que vivimos el 15 de septiembre de 2021, el acto oficial del Gobierno con sus ministros fue en un escenario privado, ausente de las multitudes, del bullicio en las calles, sin bandas estudiantiles, ni ejército en las avenidas en formación tradicional, no hubieron aviones, ni exhibición de armas, ni caballería etc… fue un acto pregrabado con las misiones internacionales acreditadas en la nación, ahí se regaló una medalla de oro conmemorativa a todos los invitados, pero el discurso presidencial condenó las expresiones populares de las multitudes que tildaron al Gobierno de Dictadura, rechazaron al Bitcoin; mientras los jueces se pronunciaron desfilando protestando por sus destituciones, al igual que jóvenes católicos, médicos, veteranos de guerra, maestros, enfermeras, etc… una mezcla de colores, cantos, pancartas, mascarillas en los rostros, banderas, autos con equipos de sonidos, música tradicional y rock (Molotov), batucadas de jóvenes en primera línea, una genuina expresión amplia de repudio a la actual administración contra sus diversas políticas sociales, económicas, salud, gobernación etc.
La diferencia de estas manifestaciones populares y las de eventos políticos del siglo pasado era que no existieron banderas políticas, nadie exhibió sus tradicionales colores, ni llamados de unos contra otros, solo existió ese elemento unificador de repudio a la actual administración.
En ese recorrido por las avenidas y calles de la ciudad, no era visible un solo elemento de la Fuerza Armada, Policía Nacional Civil o cuerpos antimotines, no había nadie de esos institutos armados, excepto un grupo de enmascarados violentos (infiltraedos), que pintaban leyendas agresivas, quemaron una motocicleta (último modelo, sin identificación) la cual permaneció curiosamente solitaria en la acera frente al Parque Cuscatlán desde las 05:00 -según la vigilancia del Hospital Rosales-, además los encapuchados destruyeron MUPIS en secuencia fílmica, una toma, segunda toma, tercera toma, hasta que la imagen quedó perfecta… con todo y se dejaron fotografiar en secuencia al incendiar la moto, en coordinación fílmica; posteriormente un cajero Chivo (Bitcoin) se convirtió en hoguera de escarnio, por ella el Presidente acusó a los grupos manifestantes de incendiar el instrumento de la nueva moneda y profanar la propiedad privada… mientras multitudes abarrotaban las avenidas y calles, el clamor contra el Bitcoin era un grito en el Estadio de Fútbol: “cuál es la ruta… sacar ese hijuexxxx…” muy diferente a las del siglo pasado, que connotaban otro enfoque de acción.
Era notoria la ausencia del factor de orientación política, hasta parecía retroceder en el tiempo a los eventos populares emotivos de los años sesentas, acciones espontáneas, intenso clamor cívico sin propuestas a mediano plazo, muy diferentes a los años 70 y 80 del siglo pasado, no obstante esa condición encierra motores de acción “clandestinos” “insurgentes”, que perfilan un poderoso factor movilizador esencialmente económico, el que toca la bolsa de los pobres, quizás es más peligroso el silencio de los conspiradores que una bandera política excluyente, quizás es más temible la voz de las personalidades que pueden detonar muchos eventos similares sin mostrar su rostro, no sería la primera ocasión.
Así transcurrió el Bicentenario Popular, horas de luz intensa en el sol de verano tropical, aquello era festivo, alegre, un carnaval de baile y cantos juveniles, había lenguas de fuego en el sonido de la Plaza Morazán, pero esas no incendiaban Cajeros Chivos, sino el ánimo de los nuevos tiempos de cambio social.
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