Ciudad de Panamá / AFP
Juan José Rodríguez
Cantando, bailando, con guitarras y otros instrumentos, medio centenar de peregrinos rompen la tranquilidad del aeropuerto internacional de Tocumen en Panamá, a donde han llegado para ver al papa Francisco, que arribará al país la próxima semana.
Con banderas de Colombia, Argentina, Puerto Rico, Cabo Verde, Perú o Brasil, los jóvenes tocan palmas, saltan y cantan en una esquina del aeropuerto principal de Ciudad de Panamá.
«Aquí hay unión de diferentes países por una misma religión», dijo a AFP el puertorriqueño Osvaldo Serrano, quien cree que en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) habrá «más alegría de la que ya encontré aquí» en el aeropuerto.
Los peregrinos llegan continuamente al país centroamericano, que albergará del 22 al 27 de enero la gran reunión a la que asistirá el pontífice.
En el aeropuerto protagonizan un colorido e improvisado espectáculo, ante la atenta mirada de curiosos, que no dudan en grabar la escena con sus teléfonos inteligentes.
«Espero reencontrarme con Dios y tener una reunión conmigo misma, espero compartir con otros compañeros de otros países», señaló la colombiana Manuela Sánchez.
El papa Francisco «es una persona maravillosa que nos apoya mucho a los jóvenes, que hace parte de nosotros, que se pone nuestros zapatos», añadió Sánchez, vestida con la camiseta de la selección cafetera.
– Como el Mundial de Rusia –
El líder católico llegará a Panamá la tarde del 23 de enero, pero desde días antes el número de peregrinos es notorio en iglesias, centros comerciales y en las calles del país.
Escenas parecidas a las del aeropuerto se han vivido en varios puntos del país centroamericano, donde los peregrinos han sido recibidos como héroes, con vítores y fuegos artificiales incluidos.
«Los diferentes grupos vienen cantando en sus idiomas, algunos vienen con mucha felicidad, bailando», señaló Ángel Contreras, un voluntario que atiende uno de los puestos de información para peregrinos en el aeropuerto.
Las parroquias han organizado la acogida de estos jóvenes, muchos de los cuales pernoctan en casas de panameños, que se han ofrecido como voluntarios.
Uno de ellos es Claudio Pino, quien espera, junto a su madre, a dos peregrinas, aunque todavía no sabe sus identidades.
«Es una sensación fabulosa de ver tanta gente que viene a visitar nuestro pequeño país. Esto es algo comparable a la clasificación de Panamá al Mundial de Rusia», señaló Pino.
– Máxima seguridad –
En la capital es visible la presencia de banderas de Panamá y El Vaticano. Los lugares donde intervendrá el jefe de la Iglesia católica están casi terminados, solo falta colocar los equipos de imagen y sonido.
Además, en el capitalino parque Omar ya están listos decenas de confesionarios para la ocasión.
El papa «nos puede traer mucha unión y mucha paz a nuestro país, que es lo que nosotros queremos», afirmó a AFP la panameña Gregoria Ortega.
Otros, como el jubilado panameño José Javier Reyes, aspiran a que haga un llamado de atención a las autoridades. Para él, Francisco tiene que decir «venga acá señor presidente, usted está actuando mal, porque usted tiene una población de cuatro millones de habitantes y cada año la extrema pobreza es más elevada».
Al menos 30.000 personas velarán por la seguridad durante los actos de la JMJ, en los que se esperan al menos 350.000 jóvenes.
«Pueden estar seguros que hemos considerado todos los aspectos necesarios para garantizar acciones rápidas en aspectos de seguridad», señaló el viceministro del ramo, Omar Pinzón.