César Ramírez
@caralvasalvador
La policía es un instrumento cercano a los ciudadanos, check es el primer instrumento histórico de seguridad ciudadana, discount no es casualidad que su conformación sea universal, incluso en agrupaciones religiosas que poseen mecanismos policiales de vigilancia en sus miembros con otros nombres.
Considerar a la policía como una extensión ciudadana, aliada, amiga o “confiable” para la población no ha sido un camino fácil para nuestra sociedad que tiene un historial de autoritarismo, represión, injusticia etc., en cierto sentido la policía tiene una carga negativa porque ha sido la primera línea de choque contra los opositores políticos, su papel en el siglo pasado es ingrato; no obstante a partir del Acuerdo de Paz, su imagen e institucionalidad ha crecido en forma notable, su significativa contribución en una sociedad que avanza en el modelo democrático ha sido cambiar aquél recuerdo pésimo de historias de torturas contra jóvenes universitarios, profesores, médicos, trabajadores, etc. hacia una “nueva policía amiga”.
A partir del Acuerdo de Paz la visión de nación ha cambiado a paso lento, al igual que sus instituciones que no están a la altura de los grandes acontecimientos ante los nuevos enemigos de la población, si antes era la falta de libertad política, ahora es el conflicto entre grupos antisistema en alianzas con las fuerzas de derecha, una perversa condición que provoca mucho daño en vidas de inocentes, porque existe la diabólica decisión de profundizar la crisis nacional en todo sentido, incluyendo la aprobación del presupuesto nacional para la seguridad ciudadana, bajo el criterio de “ganar votos” como si la vida se redujera a un evento electoral, es una verdadera miseria política; según su criterio (de derechas) ayudar al progreso de la nación es “ayudar a la izquierda”, lo cual provoca declaraciones, demandas o posiciones irreconciliables, es un obsesión absurda.
Este infantil razonamiento, provoca que en muchos casos a la Policía se le considere nuevamente como una fuerza represiva en lugar de la primera línea de combate contra los antisistema mejor conocidos como “maras”, además son calificados jurídicamente de “TERRORISTAS”; pero es necesario valorar que nuestra sociedad no puede dividirse eternamente entre izquierda o derecha, es urgente superar ese pensamiento, donde la policía representa la voluntad del pueblo, no la intransigencia de los políticos. Es obligatorio que la voluntad popular se refleje en un decidido apoyo hacia la función de la Policía Nacional Civil tanto con pronunciamientos, como su reconocimiento en la Policía Comunitaria, es provechosa la denuncia de los terroristas, superar el miedo, pero sobre todo abandonar un color político porque la Policía nos defiende bajo una sola bandera.
La policía nacional, el ejército y sus instituciones deben considerarse como una plataforma de defensa en los intereses ciudadanos, abandonando posiciones ideológicas porque el Estado y sus instituciones no pertenecen a ningún partido político, a lo sumo los partidos políticos deben considerarse una expresión de comunicación con el Gobierno, pero no deben considerarse un instrumento de perpetuidad para el Gobierno; así al apoyar a la policía cumplimos la vocación constitucional hacia una República Democrática, por lo tanto es un proyecto en construcción solidaria entre la nueva policía y los ciudadanos.
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