Hugo Fajardo Cuéllar*.
Un 24 de marzo de 1980, murió Monseñor Oscar Arnulfo Romero, asesinado por un franco tirador, contratado, según el informe de la comisión de la verdad, por los escuadrones de la muerte que en aquellos tiempos perseguían, torturaban, desaparecían y asesinaban a todo aquel que luchaba desde las organizaciones sociales populares contra la opresión y la represión desatada por la dictadura militar que junto a los gobiernos de turno de esa época dominaban y oprimían a las grandes mayorías del pueblo salvadoreño.
Eran tiempos de dictadura militar y gobiernos represivos contra la población civil, la cual era reprimida y hasta asesinada en su lucha por construir una sociedad más justa y humana para todos; ya que el régimen de la época en vez de escuchar y dialogar con el pueblo, respondía con persecución política y represión militar. Ante esa situación Monseñor Romero aparece inspirado en su colega antecesor Rutilio grande, como el sacerdote del pueblo salvadoreño que en medio de la crisis y la represión, alza su voz para denunciar la injusticia y la represión contra el pueblo.
En medio de tales circunstancias de represión y muerte, Monseñor Romero se convirtió en” La voz. de los Sin voz”, porque desde el pulpito de la Iglesia católica, Como Arzobispo de Catedral Metropolitana, alzo su voz como sacerdote inspirado en la palabra de Dios para Denunciar la injusticia social y la represión cometida por el régimen político militar de la época contra las grandes mayorías de pobres del pueblo salvadoreño, y estuvo dispuesto a entregar su vida por la causa y defensa de los más humildes y necesitados, siguiendo el ejemplo de Jesucristo el rabí de galilea.
Es por eso que Monseñor Romero, sigue siendo hoy en día el faro que alumbra el camino de todos aquellos hombres y mujeres que siguiendo su ejemplo continúan con el legado de lucha por la verdad y justicia frente a los diferentes regímenes de turno que desde su muerte hasta nuestros días violentan los derechos humanos de las grandes mayorías. En ese contexto se plantean a continuación algunas reflexiones sobre cómo el legado de Romero sigue presente en El Salvador de hoy, pese a que se vive bajo un régimen de excepción permanente que mantiene bajo control de los sectores del poder a toda la población.
1) El legado de Romero está presente en la lucha actual de muchos padres y madres de familia que viven angustiados ante la captura y encarcelamiento de alguno de sus hijos o familiares por la policía y el ejército de El Salvador como resultado de la aplicación del Régimen de Excepción por el gobierno de Bukele. Según lo afirman y demuestran esas personas organizadas en él, Movimiento de Victimas del Régimen de Excepción (MOVIR) sus familiares encarcelados son inocentes ya que sin tener ningún vínculo con pandillas ni haber cometido ningún delito han sido privados de libertad injustamente.
2) Romero también está presente en la tenás lucha que llevan a cabo, los cinco líderes comunitarios de Santa Marta, Chalatenango que desde hace más de 20 años vienen luchando por la defensa de los derechos humanos y en contra de la minería metálica en en El salvador. Pero es en el actual régimen de gobierno que son encarcelados (el 11-01-2023) y luego sometidos a un arresto domiciliar (a partir del 05-09-2023), siendo acusados por la Fiscalía General de la Republica (FGR) por un delito que según la defensa no existe. Esa lucha de toda la comunidad de Santa Marta y la solidaridad de muchas organizaciones sociales con ellos, es otro ejemplo de que las enseñanzas de Romero siguen vivas aquí y ahora.
3) Aun bajo las condiciones difíciles de autoritarismo impuestas por el régimen de excepción permanente por el que atraviesa El Salvador desde marzo de 2022, hasta la actualidad (marzo de 2025),las diferentes organizaciones del movimiento social, críticas del régimen, aglutinadas en el Bloque De Resistencia y Rebeldía Popular (BRP), se mantienen activas en las calles del gran San Salvador, alzando, al igual que Romero, la voz que denuncia las injusticias y la opresión ejercida por las elites del poder contra el pueblo salvadoreño organizado y no organizado.
4) El legado de lucha de Romero tuvo como eje central la defensa de los Derechos Humanos de los salvadoreños, por lo que desde su martirio todas las organizaciones sociales defensoras de dichos derechos son una expresión de la continuidad de su ejemplo. Hoy día los miembros activos de Estas organizaciones son objeto de persecución política y arriesgan hasta su propia vida por seguir, como lo hizo Romero, denunciando la violación a los Derechos Humanos cometida por El Estado Salvadoreño antes y durante el Régimen de Excepción.
5) Como ejemplos de esa persecución política que el actual Estado salvadoreño hace contra los defensores de los Derechos humano, están, entre otros: El de Fidel Zavala, un joven que ha sido capturado por segunda vez, el día 25 de febrero de 2025 por la policía, por ser activista defensor de los Derechos Humanos, como miembro de la Unidad De defensa de Derechos Humanos y Comunitarios. (UNIDEHC), así como también el caso del acoso policial realizado el día 19 de marzo de 2025 a la vivienda de Ingrid Escobar, directora del Socorro Jurídico Humanitario, según denuncias de ella misma en las redes sociales.
En tal sentido, cada aniversario del martirio de Monseñor Romero, debe ser un espacio para la reflexión y continuidad de su ejemplo en la lucha por construir una sociedad donde prevalezca la verdad y la justicia en beneficio de las grandes mayorías, como bien lo afirma el padre jesuita de la UCA, José María Tojeira:” Romero continúa exigiéndonos sinceridad en vez de falsedad o propaganda con luces de colores. San Óscar Romero sigue llamándonos a construir una nueva civilización desde los valores del Evangelio, desde la prioridad del trabajo sobre el capital, desde la construcción de la justicia social entendida como plenitud de los derechos básicos del ser humano”. Tojeira, J. (2025,18 de marzo). Caminando hacia San Oscar Romero. Diario Co Latino.
La lucha por la verdad es el fundamento esencial de la Justicia; porque no puede haber verdadera justicia mientras las estructuras del poder sigan cultivando la mentira como instrumento de dominación y defensa de sus intereses. De ahí que en todos los tiempos la lucha por la justicia es la lucha de la verdad frente a la mentira, como lo dijo Romero: “Todo está comprado, está amañado y no se dice la verdad”; “La verdad está esclavizada bajo los intereses de la riqueza y el poder”; “Vivimos una hora de lucha entre la verdad y la mentira”. (Homilía, 30 de julio de 1978).
Finalmente decir que, si bien Romero es ya un Santo de La Iglesia Católica en todo el mundo, debe distinguirse entre la tendencia de algunos sectores conservadores de seguir a Romero como una figura histórica más, como un santo al que solo hay que rezar sin más , como un personaje del recuerdo con fotos gigantes de publicidad que hipócritamente están en algunos lugares incluso en instituciones del gobierno,etc, pero más allá de eso , el verdadero Romero se debe recordar e imitar en la lucha permanente por la verdad, la justicia y la libertad del pueblo salvadoreño.
*El autor es Lic. en Sociología, Profesor en Ciencias Sociales, Abogado y Notario, Maestro en Derecho Humanos y Educación para la Paz. Catedrático a tiempo completo desde 1991, en la Universidad de El Salvador (UES).