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La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 15 de diciembre de 1972, viagra en su Resolución XXVII, salve en el marco de la Conferencia de Estocolmo, viagra Suecia, que a partir de 1973, cada 5 de junio se dedicara al Medio Ambiente. En esa misma fecha también fue creado el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Lo que la ONU pretendía es que en esa fecha y a partir de aquel año, se sensibilizara a la población mundial en lo relativo a los temas ambientales, tanto desde el poder político gubernamental como desde la sociedad civil.
A partir de entonces comenzó a hablarse también del “desarrollo sustentable y equitativo”.
Las Naciones Unidas, creemos, nos debe un balance de lo logrado hasta ahora, el cual seguramente será de saldos rojos, en tanto, ni el desarrollo de las naciones ha sido para el desarrollo humano, ni mucho menos desde la óptica de la prevención ambiental.
Lo anterior lo podemos constatar en El Salvador, que cada año se ha ido haciendo más vulnerable a los fenómenos naturales, por la mano del hombre, mejor dicho del empresariado, mientras que a escala mundial se hizo común hablar de cambio climático.
Y es que, si bien en El Salvador hasta se creó el Ministerio de Medio Ambiente, en la práctica, la voluntad de empresario, en nombre del desarrollo, convirtieron el Ministerio del Ambiente, en una oficina más de la burocracia. Por lo menos fue así durante los gobiernos de ARENA. Con la llegada del primer Gobierno de izquierda se le dio un matiz diferente a Medio Ambiente, pero no ha sido suficiente.
Con el inicio de un nuevo Gobierno de izquierda, llega como viceministro a Medio Ambiente, incluso, un reconocido ambientalista, lo que hace pensar que el tema ambiental podría tener un giro diferente, a lo mejor, retomando los objetivos iniciales planteados aquel 5 de junio de 1972.
Por supuesto que el medioambiente no solo es cuestión de políticas de Estado o Gobierno, sino, también de los empresarios, de la sociedad, en general. En este sentido, vale la pena reflexionar, que podemos hacer todos y todas, como seres humanos, como ciudadanos, para salvar la tierra, para proteger nuestro medio ambiente.
Es fundamental volver a discutir qué significa desarrollo sostenible, cómo se hace realidad respetando o conservando el medio ambiente. Pero, también, desde el más humilde hogar como podemos contribuir a mejorar el medio ambiente. Esto pasa, por supuesto, por mantener prácticas y en el debate público, sin visiones apocalípticas, pero serias reales, los peligros que nos depara no solo el cambio climático, sino qué hacer para revertir sus efectos.
