OIM
Citando un nuevo estudio titulado «Addressing Human Trafficking and Exploitation in Times of Crisis» [Combatir la trata y la explotación en tiempos de crisis], see el Director General de la Organización Internacional para las Migraciones, Embajador William Lacy Swing, se refirió a la explotación y la trata de víctimas como un fenómeno creciente en un mundo plagado de conflictos y desastres naturales.
«La trata de personas no solo se acrecienta durante los desastres sino que es un resultado directo de los mismos, en la misma medida en que lo son los daños en las infraestructuras, la pérdida de vidas y la escasez de alimentos, sucesos que atraen mayor atención», declaró el Embajador Swing.
Y agregó: «En las tres categorías de desastres -las zonas de conflicto, los desastres naturales y los desastres provocados por el hombre-, se encontró que la falta de normalidad permite a los tratantes explotar las vulnerabilidades existentes y las provocadas por las crisis. En situaciones de conflicto, la ausencia del estado de derecho genera un contexto de impunidad en el que las personas son víctimas de la trata para financiar la guerra, prestar servicios sexuales y reforzar la esclavitud de las minorías étnicas».
El Embajador Swing citó una creciente crisis de trata en Libia y los países del Medio Oriente, donde los trabajadores migrantes afrontan condiciones de trabajo cada vez más hostiles y abusivas. Asimismo, advirtió que el persistente conflicto en Siria ha obligado a muchas personas y familias a adoptar mecanismos de adaptación peligrosos, tales como los matrimonios forzosos a edad temprana y el trabajo infantil, que a menudo conllevan la explotación y la trata.
En la elaboración del estudio «Addressing Human Trafficking and Exploitation in Times of Crisis» se analizaron los conflictos armados de Libia, Iraq, Siria y África Occidental; los terremotos en la región del Océano Índico, Haití y Nepal; el tifón Haiyan en Filipinas; y la inestabilidad prolongada en África Oriental que impulsa la migración a través del Norte de África y hacia Europa.
De entre los millones de hombres, mujeres y niños que son objeto de trata cada año, solo se identifica a unas 45.000 víctimas. La OIM presta asistencia a uno de cada siete de esos casos, y ayuda a las víctimas a recuperar sus vidas tras haber sufrido atroces abusos y malos tratos, muchas veces durante años.
Recientemente, la OIM ayudó a liberar a 600 hombres de buques de pesca tailandeses en los mares de Indonesia. Algunos no habían pisado tierra firme desde hacía años; uno de ellos había permanecido separado de su familia, sin ningún contacto, durante 22 años. «Estas víctimas necesitan comprensión y ayuda, a menudo de largo plazo, tanto en momentos de estabilidad como en momentos de crisis», subrayó el Embajador Swing.
Y concluyó: «El caos derivado de desastres naturales masivos como en Nepal, Filipinas, Haití y los países afectados por el tsunami en la región del Océano Índico puede ser un laboratorio perfecto para actividades de trata de personas donde los criminales experimentan con nuevas formas de explotación de personas vulnerables. Mientras tanto, los migrantes irregulares en corredores migratorios peligrosos y remotos del Norte de África pueden ser encontrados rápidamente por tratantes que los engañan para convertirlos en esclavos».