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Familiares participan en la conmemoración de la masacre de Tenango y Guadalupe. Foto Diario Co Latino/Ramón el Suizo.

En  la cuesta de Guadalupe recuerdan a las víctimas de Batallón «Atlacatl”

A 39 años de la masacre

Redacción Diario Co Latino

El 28 de febrero de 1983 más de 200 campesinas y campesinos murieron masacrados en el Plan del Tenango y la Cuesta de Guadalupe, ejecutado por  el Batallón «Atlacatl» y la Fuerza Aérea salvadoreña.

Según la historia esta masacre se da luego  del incesante bombardeo de las faldas del Cerro de Guazapa y la inminente invasión por las tropas del Batallón Atlacatl,  cuando los pobladores de todos los caseríos y cantones se concentraron en El Roble, en espera de la noche para atravesar la carretera que conduce de San Martín a Suchitoto. Eran miles de mujeres, niñas y ancianos. Cuando el Coronel Monterrosa se da cuenta del abandono de Guazapa, empezó la persecución de la  gente, relatan los sobrevivientes.

El día 28 de febrero en la mañana la tropa élite logró emboscar y masacrar a un primer grupo de un centenar de personas en El Plan de Tenango.

Para no dejar escapar a los miles que huían subiendo la Cuesta de Guadalupe enfrente de Tenango, Domingo Monterrosa llamó a la  Fuerza Aérea, al mando del General Juan Bustillo, que  desde las 11 de la mañana al anochecer descargaron sus bombas sobre la gente indefensa, convirtiendo la cuesta de Guadalupe en un infierno.

En la madrugada del día 29, los asesinos de la Fuerza Armada bajaron de Tenango a rastrear la Cuesta de Guadalupe y remataron a las personas que encontraron vivas, les echaron ácido y las quemaron, poniendo en práctica lo que meses antes los instructores militares de los Estados Unidos les habían enseñado en la famosa Escuela de Las Américas, señala los sobrevientes.

En el homenaje se incluyó una misa para pedir por las víctima. Foto Diario Co Latino/Ramón el Suizo.

Este sábado 26 de febrero familiares de las víctimas se hicieron presentes al lugar junto a comités de apoyo y de solidaridad, para rendir un homenaje a quienes cayeron y se sumaron a miles de  inocentes que ofrendaron su vida por un mejor  país, con justicia social.

El homenaje comenzó con una caminata, colocación de ofrendas en el monumento donde hay una placa con los nombres de los caídos  y un acto por la noche que incluyó una misa.

Además, se condenó el Bloqueo que Estados Unidos ha mantenido por décadas contra la isla de Cuba y se reconoció la defensa de Rusia de las Repúblicas populares antifascistas de Lugansk y Donetsk en Ucrania, dejando  claro que este país es liderado por  un gobierno, que mantiene deseos de integrarse en el pacto militar imperialista de la OTAN.

Con la entrada de la noche una multitud de más de 500 campesinas y campesinas que fueron participes de la pasada guerra civil y de una revolución inconclusa se dieron  cita en la Cuesta de Guadalupe a la altura del obraje de añil, el cual fue convertido en el monumento a los mártires de esta masacre.

En este encuentro hubo testimonios de sobrevivientes, que señalaron que la guerra en el país formó parte de un proceso de transformación social y de justicia.

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