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En la víspera de la Navidad

El nacimiento de Jesús Cristo es narrado en el evangelio de San Lucas de la siguiente forma (Lc. 2, sovaldi sale 4-7): “Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, check ordenando se empadronase todo el Imperio. Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse cada cual a su ciudad. También José, por ser de la casa y familia de David, subió de la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén, en Judea, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que mientras estaban allí, le llegó el tiempo del parto a ella y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada” .

Las familias cristianas, sean católicas o evangélicas, se aprestan mañana a celebrar la Noche Buena, y el viernes el nacimiento de Jesús. Si bien en la Navidad, lo que mayormente perdura son las celebraciones mundanas, cierto es también que miles de familias le dan mucho realce a la fecha del natalicio, el cual, entre la catolicidad se recuerda con las posadas y la colocación del Misterio o nacimiento entre otras actividades populares-religiosas, además de las misas.

Pero, independientemente de cómo se conmemorara la importante fecha, lo crucial debe ser que la misma sirva para hacer reflexiones profundas, en el sentido de buscar la conversión para que desde la divinidad los salvadoreños y salvadoreños seamos mejores hombres y mujeres, mejores padres y madres, y mejores hijos e hijas.

Por supuesto que también mejores vecinos y vecinas, mejores ciudadanos y ciudadanas.

En estos momentos tan difíciles que vive el país, por el tema de la violencia, debemos comprometernos con el creador a respetar al prójimo, a ser solidarios con los problemas de los demás.

Hay que “abrazar la esperanza”, como dice un spot de la Presidencia de la República. Y es que ante las dificultades, lo menos que podemos hacer es sucumbir ante la delincuencia. Hay que ponernos en manos del Jesús Cristo, de nuestro Beato Romero, y unirnos para vencer los miedos, el pesimismo, y darnos una buena dosis de esperanza.

No temamos, pues, Cristo en ningún momento nos abandonará. Nuestro Beato Romero sigue pendiente del destino de este país.

Por eso Diario Co Latino pide a todos y todas las salvadoreñas a abrazar la esperanza, a pedir la intercesión de Monseñor Romero para que salgamos de este problema de la delincuencia y criminalidad. Que nos llene de esperanza y sabiduría para salir adelante.

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