Santiago / Prensa Latina
Rafael Calcines Armas
Por 38 votos a favor y tres en contra, el Senado de Chile aprobó el jueves el proyecto que habilita el proceso constituyente que comenzará en abril próximo con el plebiscito.
Sin embargo, tal como sucedió la víspera en la Cámara de diputados fueron rechazadas las indicaciones que contemplaban la paridad de género, la garantía de un número de escaños para los pueblos indígenas y facilidades para la representación de candidatos independientes.
Esas propuestas, reunidas en un solo artículo adicional, no alcanzaron el mínimo necesario de apoyos para ser aprobadas al cerrar con 23 votos a favor y 14 en contra, todos de los partidos de derecha.
Tras la votación, el senador Guido Girardi, del Partido por la Democracia advirtió que ‘es increíble esta derecha que niega la participación de la mujer con derecho pleno e igualitario’ y auguró que con ello ‘le va a hacer un profundo daño a la democracia del siglo XXI y va a impedir que Chile se reconcilie’.
No obstante, valoró que con la votación ‘comienza el inicio del fin de la Constitución de Pinochet y de un sistema que condujo a Chile a la desigualdad’.
Por su parte, la senadora socialista Isabel Allende, señaló que aunque la mayoría respetó al acuerdo en su conjunto, varios senadores presentarán una reforma constitucional que abarque la paridad de género, representación de pueblos indígenas y voto a chilenos en el exterior’.
En tanto representantes de la derecha alegaron que lo firmado el 16 de noviembre entre Chile Vamos (la coalición oficialista) y parte de la oposición, no contemplaba esos temas, y lo único que se hizo fue ‘honrar’ el Acuerdo por la Paz Social y una Nueva Constitución.
Precisamente esas carencias fueron las que llevaron a los partidos Comunista, Regionalista Verde Social, Humanista y Progresista a no sumarse en su momento a ese controvertido entendimiento, que además había sido redactado a espaldas de la opinión del movimiento popular que se manifiesta en las calles desde el 18 de octubre.
No obstante, para que se haga justicia a mujeres e indígenas, que son más de la mitad de la población de Chile, el jueves se llevó a votación en sesión especial de la Cámara de diputados en forma de proyecto de ley los temas que fueron rechazados gracias al voto de los partidos de derecha.
Dentro del entramado del legislativo chileno, esto sería la última opción, junto con la reforma constitucional anunciada por la senadora Allende, para que el proceso hacia una nueva constitución avance desde el principio, cualquiera sea el mecanismo aprobado, con mitad de mujeres, y una cantidad acordada de representantes indígenas. Entre los constituyentes.
El plesbícito
El próximo 26 de abril, los ciudadanos chilenos deberán votar si apoyan o no un cambio constitucional. Posteriormente, si el resultado es afirmativo por mayoría, los votantes tendrán que optar entre dos mecanismos para la elaboración de la Carta Magna: una convención constituyente compuesta en un 100 % por ciudadanos y la otra, una convención mixta conformada 50 % por parlamentarios y 50 % por miembros electos para este fin.
En caso de avanzar la reforma, se elegirá, en octubre del próximo año, a los miembros de la Convención Constituyente, que será la encargada de realizar las reformas.
Por último, todo el proceso deberá ser refrendado por un nuevo plebiscito ratificatorio.