Por Wilfredo Mármol Amaya,
Psicólogo y escritor viroleño.
El municipio de Alegría, en el Departamento de Usulután, conmemora el segundo aniversario del martirio de su Alcalde Moisés Funes, “la solidaridad es la ternura de los pueblos” como se ha dicho en innumerable de ocasiones. Entramos a la ciudad a eso de las 3:00 pm del sábado 9 de enero de enero de 2010, el viento arreciaba todos los rincones salpicando los poros abrigados de los habitantes en el Municipio; un fresco tierno e impasible provocaba un cálido acercamiento de las personas, que en el marco del frente frío anunciado para los próximos tres días llegaba a su esplendor en estas zonas, ya de por sí templadas del país.
Hace exactamente dos años se conoció la noticia: el miércoles 9 de enero del 2008, en horas de la mañana, fueron asesinados el alcalde del municipio de Alegría del Departamento de Usulután y miembro del FMLN, Wilber Moisés Funes y Zulma Rivera, Jefa de la Unidad de Adquisiciones y Contrataciones Institucionales, UACI, de misma alcaldía. El crimen sucedió en la Comunidad Las Casitas, durante una visita para supervisar unos proyectos. Zulma Murió en el acto y el alcalde en el hospital del ISSS del municipio de Santiago de María.
El Alcalde Municipal de Alegría, Moisés Funes posando con la niñez de su pueblo amado.
Moisés era uno de los alcaldes más jóvenes del país y desde que tomó posesión se dedicó a realizar obras en beneficio de las comunidades más pobres.
El parque central estaba adornado por vejigas rojas y blancas, en la tarima un grupo musical con los versos “… aquí se queda la clara, la entrañable trasparencia de tu querida presencia, Comandante Ché Guevara…” amenizaban el preámbulo de lo que sería la conmemoración del segundo aniversario del martirio de Moisés Funes, el Alcalde que cambió el rostro del Municipio de Alegría, Usulután, en el corto periodo municipal que le tocó conducirlo y que fue apagado de tajo por fuerzas oscurantistas, que aun la justicia se apresta para dictaminar a los autores materiales de semejante hecho, pero lo más importante, para su población es que logre señalar a los autores intelectuales.
El parque se hace sentir con la presencia de un número significativo de pobladores.
El pueblo luce limpio, agradable, los hostales rústicos y bellos con sabor y perfume de pueblo ofrecen descanso alejado de la algarabía del concreto de las grandes urbes; las ventas típicas en los alrededores del parque están concurridas de visitantes. Los restaurantes brindan el néctar del café de altura de la zona a precios razonables y la tertulia se aglomera en el recinto de la conmemoración.
Este es el espacio que Moisés Funes delineó para volver al municipio un lugar con vocación turística. Vaya que si lo logró. Las Calles Camilo Campos y Alberto Masferrer que con los viveros y el museo histórico se emparejan para atraer a personas a este rincón que se conjuga con las nubes y el café en flor.
¡¡¡ Viva Moisés Funes… que viva!!!
Es el eco del aquí y ahora, se anuncia en los altoparlantes. Un Alcalde que dio brillo al Municipio de Alegría y que a dos años de su asesinato, su pueblo le rinde tributo. La militancia se hace sentir en el corazón del pueblo. Al costado poniente del casco, la comunidad América se prepara para celebrar un acto litúrgico en acción de gracias por el aporte y contribución de Moisés Funes, el Alcalde que hizo posible la trasformación de las condiciones materiales de sus habitantes.
Moisés en el poco tiempo que sirvió a sus comunidades hizo posible la construcción de 37 casas en sistema mixto en esta ciudad, con todas las condiciones de vida digna posible, gracias al acompañamiento de la Iglesia Bautista Emmanuel, IBE, ubicada en el Barrio de San Jacinto de San Salvador y miembros de Iglesias Bautistas hermanas del Canadá, a través de su guía espiritual el Reverendo Miguel Tomás Castro. El proceso de construcción en un primer momento permitió levantar 10 casas, posteriormente 10 casas más; en un tercer momento 2 para concluir con 15.
Momentos en que canadienses, los jóvenes de la IBE y algunos mayores por supuesto, y la comunidad misma, aprovechan los tiempos de vacaciones para hacer de la solidaridad, entre los cristianos, más que una declaración, una oportunidad de hacerla realidad.
Moisés no sólo fue un gestor local en su calidad de Alcalde, sino que tomó la pala, al igual que el resto de habitantes, y se puso a levantar la construcción de las casas. No era raro encontrarlo sin camisa, sudando la gota, levantando rocas, colocando bloques de cemento, o preparando la mezcla junto con toda la comunidad, señaló el Reverendo Castro en la celebración de la palabra. La pequeña e improvisada Iglesia, con paredes y techo de láminas, estaba repleta de feligreses de la Comunidad América, aunque aún falta muchos, exclamó el Presidente comunitario en una de sus intervenciones.
Al inicio del culto el Reverendo Miguel Tomás Castro señaló “aquellos servidores fieles, sus obras permanecen” como un reconocimiento al ejemplo de Alcalde asesinado, Moisés Funes, para luego anunciar la presencia de Dorita y Marielita, madre y esposa del Moisés respectivamente, en el acto litúrgico. Una de las mujeres presentes hizo recordar cualidades humanas de Moisés al señalar “en una oportunidad en un mitin, moisés tomó una piedra del suelo e hizo un discurso sobre la piedra… fue una invitación a trabajar en equipo y una invitación a que cada persona ponga la piedra que le toca colocar en la construcción de la patria nueva…”. El sueño de Moisés era construir 500 casas para los habitantes sin casas, remembró el Pastor Castro, en el sentido que es un sueño aún pendiente de dar por terminado.
“… Dos maneras hay para conmemorar a Moisés Funes, una poniendo más tierra sobre su tumba y la otra, es seguir el ejemplo de Moisés, dando vida a su testimonio y ejemplo sentenció” el Pastor Castro ya finalizando la reflexión, aparejando el trabajo del Alcalde Funes al ejemplo del Jesús vivo, invitamos a retomar la segunda manera para que su obra iniciada no muera.
Al concluir se reflexionó la posibilidad de denominar el nombre de la comunidad, con el nombre de Moisés Funes, como parte del reconocimiento al trabajo de este hombre ejemplar, un Alcalde que asumió su papel y tarea encomendada por su pueblo, por medio de la votación popular mayoritaria. El Presidente de la comunidad brindó los agradecimientos e invitó a deleitarse con unos tamales pizques y chocolates preparados para la ocasión.
Afuera de la Iglesia se divisaba el casco de Alegría, las vivas a Moisés Funes, en el altoparlante desde el parque, se escuchaban en los cuatro puntos cardinales; frente a la vista de la comunidad una cancha de fut ball daba cuenta de un encuentro entre dos equipos, un uniforme era de color azul y el otro rojo, se apreciaba un juego rápido, técnicamente vistoso, pero había una diferencia notable, jugaban dos equipos de mujeres.
Hablando de mujeres, una vez terminada la degustación de los tamales pizques, una jovencita de la IBE, se había colocado en su mano izquierda un guante, en cada uno de los dedos se notaban caritas de cinco personajes, que empezaron a hablar entre sí, las tertulias eran una especie de cuentos y dichos, los niños y niñas empezaron a acercarse alrededor de la joven que simulaban diferentes voces con entonación infantil; al rato había un grupo numeroso de infantes de la comunidad, que hablaban entre sí, para concluir entre risas, abrazos y fotografías. Una vez más esta jovencita de la Iglesia Bautista Emmanuel, IBE, nos anunciaba, que su aptitud para el trabajo con los niños y niñas no es casualidad, sino parte de las tareas que el Dios Eterno le ha encomendado para contribuir a la causa de la gran comisión. Su nombre Morena Lissette Cordero.
Una vez más el ejemplo de Moisés Funes se hace sentir entre los participantes, la solidaridad es más que una declaración, es un compromiso de todos los días y de todo momento. Bien se decía en los momentos álgidos de la guerra de los años 80´s en nuestro pequeño país, que “La solidaridad es la ternura de los pueblos”
Moisés Funes y Zulma Rivera que la paz sea con ustedes y continuamos en la lucha, ustedes desde allá en La Casa del Padre, nosotros aquí, por la llegada definitiva del Reino de Dios.
Enero de 2010.