Alexander Pineda
@DiarioCoLatino
Con el objetivo de fomentar el desarrollo académico y técnico de la población privada de libertad e impulsar su rehabilitación y reinserción social, la Dirección General de Centros Penales (DGCP), firmó ayer un convenio por medio del cual se pretende llevar educación superior a los centros penales de La Esperanza, Ilopango y Apanteos.
La iniciativa contará con el apoyo financiero del Estado de Catar y será apoyada académicamente por la Universidad Cristiana de las Asambleas de Dios (UCAD), así como será coordinada por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Inicialmente, el proyecto contempla impartir la licenciatura en administración de empresas, con cursos presenciales, semipresenciales y virtuales en los recintos mencionados. Según la DGCP hay inscritos ya 297 privados y privadas de libertad; 141 de Apanteos, 29 de Ilopango y 157 de La Esperanza.
“Hay dentro del sistema penitenciario una cantidad significativa de bachilleres dispuestos y motivados a estudiar en la universidad, este es el paso que debemos dar, el día de mañana estudiar en la universidad debe ser normal aquí como lo es normal afuera, tenemos 9 mil 500 privados de libertad estudiando desde primer grado hasta bachillerato”, expresó Marco Tulio Lima, director general de centros penales.
El titular de centros penales, afirmó que solo falta el aval de la Dirección Nacional de Educación Superior, para iniciar con el proyecto y en la medida que se fortalezcan las capacidades técnicas y educativas del sistema penitenciario se ampliará la oferta académica.
Por el momento, la población privada de libertad beneficiada está recluida en los centros penales de La Esperanza, Ilopango y Apanteos, que cumplen con el requisito mínimo de ser bachiller y estar incorporados al programa “Yo Cambio”.
Para quienes concluyan sus estudios, los títulos universitarios contarán con el reconocimiento oficial de la UCAD y el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, sin hacer distinción de las condiciones en las que se obtuvo.
“El sistema penitenciario de El Salvador es uno de los más modernos de América Latina, tiene desde la educación primaria hasta el bachillerato. Algunos privados de libertad en régimen de semilibertad pueden asistir a la universidad, pero aquellos que están aún reclusos no tenían acceso, había que traer la universidad aquí dentro para completar todo el ciclo formativo”, manifestó José Vila Castillo, representante regional de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.