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Rolando Alvarenga
@DiarioCoLatino
La entrega de reconocimientos a varias leyendas vivientes del ciclismo nacional, se constituyó el sábado anterior en uno de los puntos emotivos de la ceremonia protocolar inaugural alusiva a la temporada 2021 de la Federación Salvadoreña de Ciclismo, realizada en el Velódromo Nacional “Evelyn García”.
Dando cumplimiento al dicho popular de “en vida en hermano, en vida”, (en alusión a que no hay que esperar a que la gente se muera para reconocerle su histórica trayectoria), entre los homenajeados estuvo Don Raúl “El Sprinter” Hernández, de 85 años de edad. Un personaje de alma, vida y corazón para y por el ciclismo, primero como atleta y después como patrocinador.
Santaneco de nacimiento (Nov. de 1935) y con una infancia de muchas limitaciones, siempre soñaba con tener una bicicleta hasta que Dios le dio la bendición para nunca volver a separarse de ella. Cuenta la historia que su vida ciclística empezó en sus años juveniles. Un inicio que en 1952 no pudo haber sido más triste y desconsolador, porque en una doble entre Santa Ana y Chalchuapa, los ganadores le sacaron como tres horas de diferencia.
No obstante y lejos de desanimarse por tan “lapidaria diferencia” lo tomó como un desafío para trabajar físicamente y demostrarse asimismo que sí se podía y efectivamente el tiempo y los resultados le dieron la razón. Poco a poco y con mucha perseverancia Raúl Hernández fue desarrollándose como un ciclista de alta competencia local e internacional. En aquellos años dorados del ciclismo y en la rivalidad con Guatemala, su nivel creció tanto que se convirtió en un “sprinter” de pura sangre que casi no perdía metas volantes.
A sus ocho décadas y fracción y conservando la emoción de los años dorados del ciclismo del cual fue protagonista, Don Raúl todavía no se retira del ciclismo porque a través de los años y hoy en día sigue siendo parte de “su men sana in corpore sano”. Cuando ya no compitió en el ciclismo federado, siguió ligado al deporte de sus amores patrocinando la exitosa cuarteta de la década de los ochenta: “La 100 mil Llaves”. Es justo al frente de este próspero negocio de mega variedades para el hogar, que “El Sprinter” Hernández se pasa los días atendiendo los turnos matutinos semanales, sin poder olvidar aquella bicicleta con la que soñaba cuando era un humilde chico. Humildad que conserva.
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