Rubén A. Dalby, F.R.C.
Pasado Gran Maestro de la Gran Logia de Habla Hispana para las Américas
(De la Revista El Rosacruz, Noviembre de 1982)
El Concepto de Dios
EL HOMBRE ANDA en una eterna búsqueda del poder de las fuerzas del poder divino que ordena y planifica todo lo que existe, con una gama de colores, sonidos y belleza que deja perplejo al ser humano ante la magnitud de la Creación que lo rodea.
En esta búsqueda de un Dios o una fuerza sobrenatural que forma parte de todo lo que existe, el ser humano ha profundizado su estudio y meditación y a medida que avanza en sus investigaciones, su horizonte se va expandiendo y su conocimiento sobre lo infinito crece día a día. Paulatinamente, su concepto de Dios o lo Cósmico va cambiando.
La mayoría de la gente tiene el concepto de un Dios con apariencia humana y que, a semejanza de ellos, posee cualidades, temperamento y ciertas debilidades. Tornan así su creencia hacia una figura superhumana, limitándolo a una forma definida y eliminando sus cualidades infinitas.
El hombre siempre ha sentido deseo de satisfacer su ego. No hay nada malo en ello si el motivo que lo mueve es altruista y produce satisfacción y alegría a otros. Esto lo acerca a la Unidad Cósmica. A medida que el estudiante de misticismo va adquiriendo conocimiento sobre su relación con el Dios de su comprensión nace en él el deseo de entrar en comunión con esas fuerzas creativas y motivadoras. Surgen en él ideas altruistas y el deseo de encontrar su misión en la vida. En su afán de aprender cuál es esa misión, debe tener cuidado de no equivocarse. Y dejarse llevar por su entusiasmo; algunas de las misiones que se siente impulsado a realizar pueden separarlo de la Unidad, en vez de acercarlo más con el Cósmico –que es lo que ansía. Fácilmente puede ser dirigido por maestros equivocados o teólogos que solo tienen en mente su propio beneficio.
Hay quienes encuentran en las Escrituras Sagradas la inspiración para lograr sus ideales; sin embargo, ellas se pueden interpretar de muchas formas diferentes. Se da el caso de cualquier ley sencilla de la Naturaleza sea interpretada de una forma tan complicada que no refleje la simpleza y magnitud de la Creación Divina.
Los Pasajes Bíblicos
Los conocimientos adquiridos en el sendero del misticismo nos proveen de un punto de vista diferente al interpretar los pasajes bíblicos. Un tema como el de la llegada del Espíritu Santo, que en el misticismo se le llama el arribo de la Iluminación, es interpretado erróneamente, por lo general. Por ejemplo, en uno de los pasajes se habla sobre cómo el Espíritu Santo descendió sobre los doce apóstoles, quienes comenzaron a hablar “en lenguas”. Mucha gente de distintas creencias piensa que solamente si ellos entran en una especie de éxtasis emocional y comienzan a balbucear en términos incomprensibles, pueden demostrar que sobre ellos ha descendido el Espíritu Santo o, en el caso de ciertos estudiantes de misticismo, la Iluminación.
No obstante, si analizamos que en aquellos tiempos existía la necesidad de llevar el Mensaje del Amor que el Maestro Jesús predicaba en forma igual a los judíos, romanos, gentiles y griegos, comprendemos que se requería que los apóstoles fueran preparados y hablaran en diferentes lenguas. Por eso recibieron la Iluminación y se educaron para llevar ese Mensaje a toda la Humanidad. No habría cabida en esa preparación para lenguas o dialectos que no pudieran ser entendidos por algún pueblo del mundo. En los casos que hemos observado en el mundo actual, de personas que en momentos de éxtasis hablan en otras “lenguas”, su personalidad por lo general no revela otras facetas de una gran evolución que acompañe a ese fenómeno. Algunos siguen tan intolerantes y tan faltos de amor hacia el prójimo, que dejan mucho que desear.