Redacción Nacionales
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La OPS/OMS considera que las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT), priorizadas como las cardiovasculares, renal crónica, diabetes, cáncer y respiratorias crónicas, se han convertido en una epidemia que afecta a un importante segmento de la población. En El Salvador dichas enfermedades son una “epidemia silenciosa”, porque el Ministerio de Salud (MINSAL) no informa públicamente sobre ellas, para que la gente haga conciencia sobre su gravedad.
El boletín epidemiológico del MINSAL del 24 al 29 de abril, reporta 567,030 casos de enfermedades respiratorias agudas; 71,270 casos de enfermedades diarreicas agudas; 1,595 casos sospechosos de dengue; 204 muertes por neumonía y 25 muertes por diarrea.
Las tasas de muerte por ENT han incrementado progresivamente en el país, de 219.9 por cien mil habitantes en 2015 a 270.6 en 2022, afectando principalmente a hombres y mujeres de 30 a 69 años que mueren prematuramente.
Las edades de fallecimientos más frecuentes oscilan entre los 50 y 60 años, las personas que mueren más jóvenes son quienes sufren de cáncer y enfermedad renal crónica, seguidas de los problemas cardiovasculares y la diabetes.
Uno de los aspectos que más influye en las complicaciones de estas morbilidades es el poco acceso a médicos especialistas, de hecho, el personal del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) ha denunciado la falta de especialistas para la atención de estas enfermedades.
Esta situación provoca un alargamiento en el tiempo de las citas y control médico, impidiendo los seguimientos adecuados y exámenes oportunos para detectar complicaciones que ponen en riesgo la vida de las personas. De este tipo de enfermedades, las tasas más altas corresponden a las cardiovasculares, seguidos por las enfermedades renal crónica, diabetes, cáncer y por último las respiratorias.
También, influye en las morbilidades la escasez de medicamentos y la falta de un abordaje integral, sobre todo, por el desmantelamiento de la Reforma del Sector Salud. Este año se han dado muchas denuncias por desabastecimiento de medicamentos esenciales para este tipo de enfermedades en el ISSS y la red de hospitales públicos, que al no ser despachados y dado su alto costo, generan complicaciones hasta llegar a la muerte.
La tasa promedio nacional de muertes por este tipo de enfermedades es de 270.6 por cien mil habitantes en 2022, los departamentos con mayores muertes y por encima del promedio son: La Unión, Chalatenango, San Vicente, La Paz, Cabañas, Usulután, Morazán, San Miguel y Cuscatlán.
El deterioro del sistema de salud está con las acciones del gobierno, que mientras despilfarra cientos de millones de dólares en propaganda, compra de Bitcoin, pago a youtubers nacionales y extranjeros, privilegios a diputados oficialistas y dobles salarios a funcionarios que supuestamente trabajan ad honorem.
El gobierno recorta $12 millones de dólares al primer nivel de atención en salud y $5 millones a los hospitales nacionales, mantiene abandonado el Hospital El Salvador y suprime el financiamiento de programas como el vaso de leche, la pensión básica universal y otros.