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Enrique Castillo Mata

Enrique Castillo Mata

Marlon Chicas – El Tecleño Memorioso

 

 

En décadas pasadas, fue característico en Santa Tecla el recorrido de diestros zapateros por las calles y avenidas de la ciudad, anunciando la refacción de todo tipo de calzado, con su inseparable caja de herramientas y rollos de cueros al hombro, con el pasar del tiempo, esta tradición desapareció, quedando solo el recuerdo de estos.

Esta profesión se remonta a tiempos antiguos, aproximadamente 15.000 años o más, cuando el hombre de las cavernas comenzó a proteger sus pies al amarrar piel con una especie de cordel alrededor de los mismos. El zapato de cuero de mayor antigüedad data en 5.500 años, que fue descubierto en la provincia Vayotz Dzor de Armenia, en la frontera con Irán y Turquía.

En cuanto al tema de los zapateros en nuestra ciudad; se evoca a diestros obreros en la confección de calzado a mano, como es el caso de don Enrique Castillo Mata (+), quien fue el encargado de calzar los delicados pies de muchas damas de la sociedad tecleña de aquellas épocas.

Don Enrique Castillo era originario de Santiago Nonualco departamento de La Paz, radicó en La Ciudad de Las Colinas por varios años, dedicó buena parte de su vida a la confección de calzado a mano, oficio que logró el aval de nobles damas de sociedad, como doña Lucy Borge de Guirola, entre muchas otras. Su prestigio traspasó las fronteras patrias, siendo reconocido en Sevilla España en 1943, en el marco de la Exposición Obrero Latino, realizada en la capital de dicha provincia.

Su inicio en el mundo de la confección de zapatos fue en la Ciudad Capital, en el taller “La Guatemalteca” propiedad de Gregorio Aguillón, oriundo de Cojutepeque, Cuscatlán, el espíritu indómito de don Enrique lo condujo a sus 22 años a Santa Tecla, en asocio con su amigo Rafael Jarquín, sastre de fuste (alta moda), a los diez meses de llegar a esta urbe, continuó sólo su sueño de ser un referente en materia de elaboración de calzado fino hecho a mano.

Con esfuerzo propio adquirió un local; de acuerdo con las memorias de su nieto Orlando Moran Castillo; dicho taller funcionó en el extinto Portal Central; no era raro verlo trabajar con tesón en la confección de calzado, ya que su mayor exigencia era la calidad del producto, lo que le hizo ganar una amplia reputación en la población, que lo recuerda con cariño.

Don Enrique Castillo Mata contrajo nupcias con doña Jesús Quintanilla (+), con quien procreó 4 hijos: Josefina Castillo v. de Moran (+), Enrique Antonio Castillo (+), Jorge Felipe Castillo (+), y José Alfredo Castillo (+). Se le recuerda además por ser el propietario de una motocicleta Douglas 1936, la que solía estacionar frente a su obraje. En diciembre de 1978 inmortalizó su frase “Mi espíritu jovial y mi amor al trabajo, irán conmigo hasta la muerte”.

¡Don Enrique Castillo, el confeccionador de calzado!

 

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«Para enflorar». Foto: Karen Lara. Portada Suplemento Cultural Tres Mil Sábado, 2 de noviembre 2024.