César Ramírez
La reciente película “La Lavandería” es un drama pero implica a la sociedad capitalista por inclusiva, específicamente en el tema de “seguros”, “créditos” “títulos valores”, “empresas fantasmas” etc… Es plenamente democrática en la tragedia, porque se asocia con la elusión y evasión fiscal.
¿Por qué algunos funcionarios públicos no presentan la declaración de su patrimonio?
Un funcionario tiene multas muy pequeñas, por ello se necesita un ajuste de ellas; pero el magistrado de la CSJ Aldo Cader en entrevista de Televisión (C33) indica: “Art. 18 Ley de enriquecimiento ilícito” establece que para determinados funcionarios la sanción de que sí aún con la multa, (concede) un plazo prudencial y aun así no presente su declaración de probidad, cesan en el cargo” evento que implica a funcionarios de 2014-2019 y actuales funcionarios 2019 a la fecha; aunque las excepciones aplican a los elegidos por elección popular o electos por la Asamblea Legislativa conocidas por elección de segundo grado.
A pesar que la película refiere el caso Mossack-Fonseca y los famosos papeles de Panamá, en nuestra nación son conocidos los casos de empresas fantasmas, recordemos los famosos casos de Finsepro-Insepro, Fomiexport que ofreció en su momento hasta el 125 % de intereses por depósitos de los ahorrantes (gran tentación sin duda), saneamiento de la Banca en 1990 ($705 millones) antes de privatizarlos, faltante en CEL (1991) $9 millones, faltante en ISSS $2.4 millones, Credisa etc. temas conocidos que han afectado a miles de ciudadanos, quizás a todo el pueblo debido a que quien finalmente paga es el Estado y él cobra a… -imaginen-. El dinero mal habido es transferido a paraísos fiscales: Islas Vírgenes, Barbados, Islas Montserrat, Islas Caimán… pero el surgimiento de la oficina Mossack-fonseca agrega nuevos elementos.
La declaración patrimonial es solo un requisito, del cual no deben temer los buenos funcionarios, pero los otros que inician con deudas y terminan con “enriquecimiento inexplicable” quizás no deban ver el filme.
El capitalismo nos une en la tragedia. Recuerdo algunos suicidios de esos fraudes, pensar que los papeles de Panamá también circularon en nuestras avenidas… La Lavandería al final es una película de horror para… -ya saben- peor que el Joker.
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